Como viene siendo tradición todos los años, la Asociación 'San Juan de Dios' del Cuerpo de Bomberos de Toledo organizó, coincidiendo con las fiestas patronales, una Jornada de Puertas Abiertas en el Parque de Bomberos. Estuvo orientada principalmente a juegos infantiles, aunque no fueron sólo los más pequeños los que se lo pasaron en grande.

Y es que más de doscientos niños de entre tres y doce años, pudieron disfrutar de esta iniciativa que, tal y como afirmaba Cándido Pavón, Presidente de la Asociación, tiene como objetivo "el conseguir que todos los ciudadanos que lo deseen puedan conocer las instalaciones y el equipamiento y de paso, que los niños se lo pasen en grande con los juegos que les hemos preparado".

Los niños quieren ser bomberos

Actividades hubo muchas. Las novedades de este año han sido los talleres de maquillaje de fantasía, el concurso de pintura, un gran castillo hinchable y el concurso de banderas, además de la actuación de magia a cargo del mago Woody Aragón. Pero también estaban los clásicos juegos, como los descensos en rápeles, tirolinas, fútbolín humano o el descenso por las barras.

"Hace dos años, porque el anterior no se pudo celebrar, vinieron alrededor de 150 niños a visitarnos; este año hemos superado ampliamente esa cifra y por ello, nos sentimos muy orgullosos. Nosotros preferimos que vengan cuantos más niños mejor y nos lo pongan cada vez más difícil; ésta es una tradición que viene de muchos años atrás", explicaba Pavón.

Aunque ahora se pretende tener un mayor contacto con la gente y dar a conocer la labor de los bomberos, esta Jornada de Puertas Abiertas no siempre se planteó así: "Hace unos años realizábamos un simulacro de accidente de tráfico, para que todos viesen cómo se actuaba en una situación así, pero optamos por cambiarlo porque es mejor que los niños vengan, disfruten y no vean cosas que no tiene que ver".

"Los niños -concluye Pavón- vienen aquí y se lo pasan en grande; la verdad es que de esta forma les devolvemos algo del cariño que nos tienen, porque los que más nos quieren son los niños". La guinda al pastel para los más pequeños la puso la fiesta final con espuma, aunque la jornada concluyó con una cena de hermandad de los bomberos en el Centro de Recepción de Turistas.