En rueda de prensa, Durán ha señalado que "con el inicio de temporada, se comienzan solicitar las renovaciones de terrazas y se evidencian los efectos de una normativa ideológica que no respeta la idiosincrasia y las características propias de Palma".

Sobre esto, ha dicho que desde el PP apuestan por las terrazas porque creen "en una ciudad abierta, generadora de oportunidades y atractiva para residentes y visitantes".

Por su parte, el edil Javi Bonet, ha señalado que el artículo 17.3 de la ordenanza actual establece que la distancia mínima libre de obstáculos debe ser de 2,5 metros, cuando con la normativa de 2012, la distancia era de dos metros.

"No tiene sentido que una ciudad turística y dinámica como Palma, tenga una de las normativas más estrictas de Europa", ha censurado.

UN 30 POR CIENTO DE LA FACTURACIÓN

Bonet ha indicado que "ahora podemos ver los resultados de la falta de consenso con la que se aprobó la norma" y ha destacado su "incidencia en la actividad económica de la ciudad", ya que las terrazas suponen "un 30 por ciento de la facturación de estos establecimientos, además de una importante fuente de creación de empleo".

El 'popular' ha dicho que con la ordenanza de Hila y Noguera, "unas 500 terrazas se pueden ver afectadas por la denegación de licencia o la reducción del espacio a ocupar".

Finalmente, el edil ha señalado que su grupo municipal instará al equipo de gobierno a que en las aceras de menos de tres metros, la distancia mínima sea de dos metros, "lo que permitirá que este tipo de aceras de un tamaño más pequeño puedan seguir albergando terrazas".