
La cantante británica Amy Winehouse no parece que esté logrando dejar su adicción al alcohol, al contrario, y sigue sorprendiendo por sus excentricidades.
La última la protagonizó en una fiesta celebrada en Londres. Amy se tapó una de sus fosas nasales y no dudó en esnifarse un chupito de vodka, según el diario británico Daily Mirror .
Amy Winehouse, que se sometió a un tratamiento de rehabilitación de la bebida en febrero y que ya es popular por sus excesos también con la cocaína, pasa por uno de los peores momentos de su vida, tanto en lo personal como en lo familiar, pues su marido, Blake Fielder-Civil, lleva varias semanas en la cárcel por obstrucción a la Justicia.
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