"Necesitamos ser muchos más", ha dicho, para señalar que se debe "trascender el debate ideológico" y sumar a quienes se sienten de izquierdas y a quienes "quieren una España moderada".

"No sólo hay que reivindicar el compromiso político sino también la movilización social", ha sostenido, frente al "individualismo" de la derecha, según ha subrayado en un acto celebrado este martes en Ávila, en el que ha aseverado que ante las elecciones del 28 de abril no se debe "utilizar la nostalgia".

"El futuro depende de nosotros, de la orientación de nuestro voto", ha señalado, a la vez que ha destacado unos "valores colectivos frente al egoísmo y al individualismo" de la derecha, tras lo que ha destacado que el Partido Socialista es la formación que "garantiza la estabilidad".

En este sentido, ha contrastado que frente a la derecha, con un progreso "de unos pocos a costa de la mayoría", la idea de la izquierda es la de "o progresamos todos o no progresa nadie".

Sánchez ha insistido en que su Gobierno y su partido son partidarios de una "sociedad incluyente" frente a la "sociedad excluyente" que propugnan Casado y Rivera. "¿Le van a hacer un cordón sanitario a un partido con 140 años al servicio de España?", se ha preguntado, para luego lamentar las "ideas" del líder del PP sobre la violencia de género, "ese tipo de ideas de los años 50 ó 60, cuando se decía que era una cosa entre el marido y la mujer y que no tenía que ver con la sociedad".

Al hilo de esto, ha ensalzado la Ley contra la Violencia de Género aprobada por un Gobierno socialista y ha señalado que resulta "curioso" esas ideas en Casado cuando es "una persona joven".

A la vez, Sánchez considera que la sociedad debe movilizarse "para defender las conquistas sociales" logradas hasta ahora por su Gobierno, como el incremento del Salario Mínimo Interprofesional, la Ley de Cambio Climático, la Ley de Transición Justa o la revalorización de las pensiones.

En su intervención, el presidente ha expresado "compromisos" de un futuro Gobierno, como que la financiación de la educación pública crezca hasta el 5 por ciento del PIB, frente al tres durante los mandatos de Rajoy, o que en cuatro años la tasa de abandono escolar baje del 18 al 10 por ciento, para igualarse a la media europea.