El PSOE necesita 10 millones y medio de votos para ganar

Como es sabido, el largo ciclo que se inició en las generales de 1982 con el triunfo arrollador de los socialistas duró hasta las generales de 1993, en las que el PSOE, aunque perdió por primera vez la mayoría absoluta, se mantuvo aún electoralmente muy sólido (a pesar de los escándalos), logrando nuevamente ganar con un 38,8% de los votos (159 escaños) frente a un PP que obtuvo el 34,8% (141 escaños).

Un nuevo ciclo comenzaría tres años después, tras la disolución anticipada de las Cortes, al producirse la primera derrota electoral del PSOE (37,6%) ganando el PP las generales de 1996 (38,8%). Esta victoria del PP, conviene recordarlo, fue por un margen estrechísimo, 1,2 puntos (290.000 votos), y supuso el comienzo de otro ciclo. El ciclo iniciado en 1996 ha supuesto por un lado la consolidación por el PP de una amplia base electoral (que absorbió desde la desaparición del CDS todo el electorado de centro-derecha), situada alrededor de los 10.000.000 de votos y que se ha mantenido con pocas variaciones absolutas a lo largo de las tres últimas generales.

Los resultados del PP, en porcentaje y en número de escaños, dependen mucho más de las variaciones del voto contrario, el del PSOE esencialmente, que de sus propias variaciones, que son escasas. En definitiva, dependen mucho de si los votos de izquierda suben o bajan. Por otro lado, el voto de izquierda (PSOE e IU-IC) desde las generales de 1996 ofrece, a la inversa del PP, una gran inestabilidad. IU-IC en las generales de 2000 perdió nada menos que la mitad de sus votos y más de la mitad de los escaños, y no los ha recuperado (en 2004 perdió más votos y más escaños). El PSOE tiene una amplia base electoral, mayor que la del PP, pero durante el ciclo de 1996 a 2004 ésta ha sido extremadamente volátil e inestable.

Con casi nueve millones y medio en las elecciones generales de 1996, el Partido Socialista perdió un millón y medio de sufragios en los comicios celebrados en 2000, quedando en 7.900.000, y luego subió a 11.000.000 en 2004. Unas oscilaciones reflejadas claramente en las cambiantes cifras de participación que se registraron en cada cita con las urnas (78,1% en 1996, 70% en 2000 y 77,3% en 2004). En todo caso, dentro de la pugna a la que asistiremos el próximo domingo, el PSOE necesita una participación que le asegure como mínimo diez millones y medio de votos para ganar al PP (contando con el voto útil de antiguos votantes de IU). Lo que significa que le voten el 31% de los electores censados España.

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