La baja por enfermedad de un profesor supone para sus alumnos, al menos, una semana sin dar clase. El proceso para sustituir a los docentes enfermos es, según los centros educativos y los sindicatos, demasiado lento (se demora hasta cinco días) y en muchas ocasiones ni siquiera se contempla la posibilidad de convocar la plaza que ha quedado vacante.

La situación es bastante habitual en los centros educativos zaragozanos, tanto de Primaria como de Secundaria, sobre todo ahora en invierno con la epidemia de gripe. Cuando se produce una baja, los alumnos que se quedan sin profesor son atendidos por los docentes de guardia de cada centro, aunque no dan clase.

La misión de estos profesores improvisados es vigilar que los estudiantes estén en el aula y cumplan con su horario académico e informar a sus padres en caso de que hagan pirola. En ningún caso imparten la clase del profesor enfermo, por lo que el programa de la asignatura se ve retrasado.

Hasta que no se decreta la baja médica de un profesor, los centros no pueden cubrir su plaza con un interino. Si esta baja es sólo por una semana (lo más habitual), ni siquiera se convoca la vacante porque el sustituto se incorporaría al centro apenas un par de días antes que el profesor titular. El proceso burocrático para contratar profesores sustitutos se demora varios días porque es necesario el visto bueno de los inspectores de Educación.

Los lunes y jueves de cada semana, el departamento de Educación publica en Internet (www.educaragon.org ) las plazas vacantes en los colegios de toda la comunidad, que los interinos pueden solicitar hasta las 12 horas de martes y viernes, respectivamente. Las plazas se adjudican en dos horas, pero hasta el día siguiente los sustitutos no se incorporan al centro.

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