En el caso de esta localidad francesa, los vecinos de las viviendas que rodean a la depuradora crearon una comisión de seguimiento para seguir paso a paso las obras y comprobar que la planta no provocaba malos olores ni ruidos. El Ayuntamiento gijonés intentará que el proceso sea similar en el caso de los vecinos de la urbanización El Pisón, que demandarán al Consistorio por instalarla junto a sus casas.

La idea, según Luis Alemany, director de la EMA, es recoger todos los fangos que se separen del agua (unas 6.000 toneladas al año) y utilizarlos como combustible, «como ya se hace en muchos países de Europa», señaló. De esta forma no sólo se verterá depurada todo el agua de Gijón al mar, sino que se aprovechará una nueva fuente de energía para producir electricidad. Los fangos recogidos en el Pisón se bombearán por un conducto bajo tierra hasta la depuradora de la Reguerona, donde estarán las instalaciones.