Amador Mohedano no está bien. Aunque esto no sea una sorpresa, su retraimiento social de los últimos meses se debía a la dura realidad: no es solo que no esté bien, es que está triste. Y ahora ya reconoce que llora porque hay momentos en los que uno tiene que descargarse.

"Cuando me enteré del embargo de la finca, se me escapó alguna lagrimita". Así de sincero se muestra el hermano de Rocío Jurado en una entrevista que ha dado a la revista Semana y en la que desgrana sus gravísimos problemas financieros -su deuda asciende a cerca de 250.000 euros- y la obtusa relación con parte de su familia. En especial, la hija de la tonadillera.

"No sé nada de ella ni tengo interés. He perdido todo el contacto. Nuestra relación ahora mismo es irrecuperable", asegura Mohedano, quien insta a Rociíto a "dar el paso de querer hablar" porque no es él quien "tiene que hacer esa llamada".

Sin embargo, se muestra perplejo ante lo que está haciendo su sobrina con respecto a sus hijos y su expareja, Antonio David. "Cuando dos niños solo quieren estar con el padre, algo pasa", advierte el que fuera representante de La más grande. "Me alegro mucho de que Antonio David haya ganado la última batalla, porque lo que mi sobrina lleva haciendo de un tiempo para acá no tiene nombre", sentencia.

Y es que, al igual que Ortega Cano, se posiciona del lado de Antonio David en el juicio con su sobrina. "A lo mejor no es el que más daño le ha hecho [a Rocío Jurado]", afirma Mohedano, "con el tiempo te das cuenta de que aquello fue una niñatada. Tanto él como Olga son muy buenos padres y la función que hacen con mis sobrinos es muy necesaria"

Amador Mohedano ahora mismo se asienta sobre los hombros de Jacqueline ("Vivimos con potajes y quitándonos de muchas cosas", asegura) y de su hermana Gloria. "Hoy por hoy, mi hermana es el timón de mi vida y mi vela. No hago nada sin que ella lo sepa. Está conmigo al 100 %", se sincera a la par que también agradece a su cuñado José Antonio su apoyo.

Pero Hacienda no perdona."Lo que haya a mi nombre me lo tienen que quitar, o todo o una gran parrte. Yo no me niego a pagar, pero también tengo que vivir", admite, como cuando se quedó "frío, callado" cuando le llegó la notificación.

Amador no quiere que le embarguen su parte de la finca, que tiene que salir a subasta, pero para ello tiene que pagar mucho dinero. "Debo 211.000 euros, más otros 26.000 que no estás notificados y saldrán. Después, tengo otros 11.000 de deuda con la Seguridad Social", calcula. "Lo voy a solucionar, hay gente que me va a ayudar".

Amador, que ya vendió parte de la finca y que tiene parte alquilada a un empresario de Chipiona, estudia nuevos proyectos para poder salir adelante. Y, de vez en cuando, habla con su hermana.

"Hablo mucho con ella y le digo: 'después de toda la vida viajando por ahí, con lo que hemos pasado tú y yo...'", descubre Mohedano, quien no piensa que Rocío Jurado estuviera "decepcionada" con él si lo viera ahora, pero "un tironcillo de orejas" sí le daría.