"Prometimos a nuestra 'amatxu' ayudarla a irse si dejaba de reconocernos pero el Estado la obliga a seguir sufriendo"

Los hijos y el marido de Maribel Tellaetxe, enferma de alzhéimer, recogen firmas para la despenalización de la eutanasia.
Los hijos y el marido de Maribel Tellaetxe, enferma de alzhéimer, recogen firmas para la despenalización de la eutanasia.
ELENA BUENAVISTA
Los hijos y el marido de Maribel Tellaetxe, enferma de alzhéimer, recogen firmas para la despenalización de la eutanasia.

Danel Aser lleva cinco años sin poder cumplir la promesa que le hizo a su madre aquella Nochebuena en la que la encontró sola, a oscuras y llorando desconsoladamente en la cocina. A Maribel le habían diagnosticado alzhéimer doce años antes y consciente del futuro que le esperaba, le pidió a su hijo que la ayudase a marchar al primer síntoma que mostrase que estaba dejando de reconocer a los suyos.

A finales del año pasado, este vizcaíno de Portugalete plasmó aquel duro episodio en una carta que dio lugar a una recogida de firmas en Change.org por la despenalización de la eutanasia y el suicidio médicamente asistido. La entrada ha recabado más de 186.000 firmas en dos meses y este lunes, junto a sus hermanos, David y Rut, y su padre, Txema, ha acudido al Congreso de los Diputados para depositarlas. A la campaña de la familia Lorente Tellaetxe se ha unido la de Asun Gómez, viuda de Luis Marcos, fallecido en 2017 tras cuatro años de "dolores insoportables" provocados por la esclerosis. Hoy ella continúa con la lucha que él inició y su petición en la misma plataforma supera los 97.000 apoyos.

"El texto lo escribió él, pero refleja el sentir de todos", afirma David a este diario, tras una mañana intensa y abrumadora. La gran concentración de medios durante el acto en la Cámara baja les ha llevado a tener que ofrecer dos ruedas de prensa, pero no se quejan, al contrario, se sienten agradecidos de que el debate se haya puesto sobre la mesa. "Nos han recibido todos los partidos sin excepción. Nos apoyan PSOE, Podemos, IU, BNG, En Marea, PDCat, ERC, CUP, PNV, EH Bildu, Compromís, Más Madrid y PRC", enumera. El PP está en contra y Ciudadanos condiciona su apoyo a la legalización a que primero se apruebe su propuesta sobre cuidados paliativos.

Penas de cárcel

Actualmente, el artículo 143.4 del Código Penal castiga el suicidio asistido con penas de prisión. Su derogación permitiría a esta familia poner fin a una situación muy dolorosa. "Prometimos a nuestra amatxu ayudarla a marchar pero el Estado la obliga a seguir sufriendo. Nos condenarían a la cárcel si cumplimos su voluntad", lamenta David. Maribel, de 73 años, expresó esa decisión a sus allegados en reiteradas ocasiones pero también la dejó plasmada por escrito en un Documento de Voluntades Anticipadas.

"Mi ama, antes de ser enferma de alzhéimer, fue cuidadora de su madre, que tuvo la misma enfermedad. Tenía clarísimo cuál era el estado vegetativo al que iba a llegar. Y no es que no quisiera terminar en este punto, es que quería irse mucho antes", recuerda Danel. La legislación vigente la ha llevado sin embargo a tener que vivir en "condiciones indignas": "Apenas nos reconoce, no recuerda, no es autónoma, vive desorientada, desubicada en el tiempo y el espacio. Es como una claustrofobia psicológica constante. También tiene dolores que no podemos tratar porque ya no sabe expresarse y es imposible hacerle un diagnóstico".

"Se marchó hace mucho"

Para quienes no comprenden su postura, David y Danel tienen sendos mensajes. "Los derechos no obligan. El que quiera que le llegue la muerte de forma natural puede elegirlo. Nosotros no imponemos nuestras convicciones", resalta el primero. "Nos preguntan si no nos generaría remordimiento de conciencia asistir a nuestra madre en su muerte, pero el remordimiento lo tenemos por mantenerla como está ahora. Es más difícil tenerla así que ayudarla a morir. Esto es lo más duro. Estamos cuidando un cuerpo pero ella ya no está. Se marchó hace mucho. ¿Qué sentido tiene su vida?", se pregunta el segundo.

Tras las emociones de un día complicado, David, Danel y Txema regresarán a casa con Maribel, esperanzados, porque se sienten convencidos de que la eutanasia finalmente será legalizada. Rut permanecerá en Madrid, donde reside. Aquí esperará a los suyos, que tienen intención de recorrer nuevamente los 400 kilómetros que separan Portugalete de la capital cuando alcancen las 500.000 firmas: "Entonces volveremos, al no ser que la despenalización sea desbloqueada antes".

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