Fueron introducidos en vehículos policiales para su posterior traslado a la comisaría de la frontera del Tarajal desde donde, a primera hora de la tarde, se les llevó en autobuses al puerto para su expulsión a Paquistán, no sin antes pasar por un centro de internamiento de la península.

Los paquistaníes llevaban en el CETI varios meses y formaban parte de un amplio grupo que había falseado su identidad, manifestando a la Policía que eran originarios de India o Bangladesh precisamente para evitar su expulsión.

El reconocimiento de sus identidades por parte de diplomáticos llegados desde Paquistán que visitaron recientemente el CETI ha servido de fundamento a la Policía para proceder a su detención.

En la operación coordinada por la UCRIF del Cuerpo Nacional de Policía se tuvo que organizar un dispositivo para evitar fugas, entrando los agentes por la parte trasera del campamento para evitar que inmigrantes que ejercen de vigilantes nocturnos para detectar la llegada de las furgonetas policiales por la cuesta que conduce al Jaral se dieran cuenta de su llegada y dieran el aviso a sus compatriotas para huir. El factor sorpresa garantizó a los agentes la detención de los 64 inmigrantes de los que disponían órdenes de expulsión.

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