Estos centros especiales de empleo son empresas de economía social cuyo objetivo es proporcionar a las personas con discapacidad la realización de un trabajo productivo y remunerado, adecuado a sus características y que faciliten su integración sociolaboral.

Así, desde el colectivo han explicado en un comunicado que casi el 80 por ciento de las personas con discapacidad en España trabajan en centros de esta tipología ya que fueron concebidos como un medio de integración en el mercado laboral. "Este dato demuestra que es una herramienta muy eficaz para la creación y mantenimiento de empleo", han apuntado.

Pero dichas empresas deben cumplir con una serie de requisitos entre los que destacan que el 70 por ciento de sus plantillas debe tener una discapacidad y que a cada trabajador hay que prestarle "los apoyos necesarios y personalizados para que se desenvuelvan en su puesto de trabajo y en su vida, en general". A cambio reciben unas subvenciones.

La ayuda principal con la que cuentan los centros especiales de empleo, según han indicado, "es por el mantenimiento de puestos de trabajo que consiste en abonar el 50 por ciento del Salario Mínimo Interprofesional de cada trabajador con discapacidad contratado, siempre y cuando tenga una jornada mayor de 18 horas y el contrato sea superior a diez días".

También existen otras que durante los años de crisis fueron eliminadas pero que en 2017 se volvieron a regular, entre las que han citado la subvención por creación de empleo estable, por adaptación de puesto de trabajo y para la creación y mantenimiento de unidades de apoyo que prestan ajuste personal y social a los colectivos con mayores dificultades de inserción sociolaboral; esta última mediante concurrencia competitiva.

La mayoría de los centros especiales se dedican, principalmente, a la prestación de servicios tipo limpieza, jardinería, servicios auxiliares, mantenimiento, manipulados en serie entre otros, actividades que requieren de baja cualificación de su personal.

"Estos sectores son altamente competitivos lo que dificulta aún más la labor empresarial de estas empresas que tienen que operar como cualquier competidor, a pesar de que en muchas ocasiones, los índices de absentismo son altísimos y existe una baja productividad. Teniendo en cuenta estos factores y los requisitos legales que deben cumplir, los centros especiales de empleo para que sean viables necesitan de estas subvenciones, que siempre llegan tarde, si llegan", han lamentado.

A día de hoy, han agregado, "ningún centro especial de empleo de Málaga ha recibido la ayuda por mantenimiento de puestos de trabajo del año 2017, pero sin embargo estas empresas han pagado, religiosamente, las nóminas, mes a mes, de todos sus trabajadores", utilizando fuentes de financiación como préstamos o pólizas de crédito, "que hacen endeudarse a las empresas".

Actualmente hay 70 empresas de economía social "al borde del cierre", han advertido, reclamando una normativa estable de todas las líneas subvencionables y que la presentación de las solicitudes no vaya en función de la situación política o coyuntural del momento.

"Reivindicamos que las ayudas de mantenimiento de puestos de trabajo se paguen como los salarios: mes a mes y en el año vigente del pago de esa nómina, no 25 meses más tarde", han sostenido, añadiendo que si estos centros especiales de empleo desaparecieran "las expectativas laborales de estas personas con discapacidad serían una quimera".