Para ello, entre otras actividades, se realizó un buffet de gala, con las típicas esculturas de frutas y repostería incluidas. También pudo admirarse la destreza de un barman experto en cócteles, mientras que el stand de Costa Cruceros ofrecía la posibilidad de recibir un buen masaje. Eran sólo pequeñas muestras del mundo de lujo que se vive a bordo de la mayoría de estos buques, que tienen recorridos y ofertas a gusto de casi cualquier viajero.

Vigo es una ciudad acostumbrada al turismo de cruceros, no en vano este año se superarán las 100 escalas por primera vez. De ahí que las principales compañías nacionales e internacionales que operan en el país estuviesen presentes en esta cita, que congregó a numeroso público durante todo el fin de semana. Expocruceros cerró ayer sus puertas con un sorteo de un crucero por el Mediterráneo entre los asistentes.