Balearia, como expresó su presidente, Adolfo Utor, el pasado viernes día 15 en Melilla, está "dispuesta" a competir en el mercado de las comunicaciones marítimas de Melilla, ya que, de acuerdo con los estudios de mercado realizados, la sociedad melillense reclama unos servicios marítimos de calidad y ajustados a las necesidades reales de la ciudad, tanto en lo referido a las demandas específicas de los residentes como al tráfico de mercancías rodadas y de visitantes y turistas.

La compañía Balearia considera que está en disposición de ofrecer los servicios que Melilla demanda y ello pese al contrato con el Estado -adjudicado a otro operador- que supone para éste unos importantes ingresos fijos anuales, según informó en un comunicado.

Una iniciativa de estas características y complejidad, como es la puesta en marcha de una línea marítima entre Melilla y Motril, no puede convertirse en una realidad sino cuenta con el apoyo social e institucional. Por ello, el presidente de Baleària explicó el proyecto en las últimas semanas a los máximos responsables portuarios de Motril y Melilla, al Ayuntamiento de Motril, a la Diputación de Granada y a los agentes sociales y sectores relacionados con el tráfico marítimo de Melilla.

Las hipótesis de trabajo que maneja Baleària para la línea Melilla-Motril es comenzar a operar en mayo o junio con un ferry convencional -menos de seis horas de travesía diurna en ambos sentidos), reforzar el servicio en verano con un catamarán de alta velocidad (menos de tres horas de travesía- y, finalmente, estudia destinar a la línea uno de los cuatro ferrys rápidos -23 nudos de velocidad- que tiene en construcción, con entregas escalonadas entre septiembre de este año y mayo del siguiente.

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