Enfermos del riñón y del hígado pierden sus empleos por las bajas

Las empresas de la Comunitat los rechazan porque faltan más y piden más permisos para el médico. Muchos pasan penurias.
Se enteró de repente de su insuficiencia renal.
Se enteró de repente de su insuficiencia renal.
Se enteró de repente de su insuficiencia renal.
Los trasplantes en la Comunitat, en especial los de riñón y corazón, comportan también problemas laborales.El presidente de la Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos de la Comunitat, Carlos Ramón, asegura que son muchos los trasplantados del hígado que pierden su trabajo tras el trasplante «o no logran encontrar empleo», pues estos trabajadores «son más propensos a coger bajas o permisos para ir al médico».

Desde la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales (Alcer) dicen que, en su caso, «les despiden cuando comienzan la diálisis», pues asisten al tratamiento tres

días por semana cuatro horas.

Además, casi todos tienen problemas económicos, pues al trasplantarles les «bajan el grado de minusvalía» o les impiden trabajar. En 2007 hubo en la Comunitat 224 trasplantes renales y 110 de hígado.

Habla un trasplantado renal

Miguel Ángel Mirete. 41 años.

«¿Quién iba a contratarme?»

Se enteró de repente de su insuficiencia renal. Entró en diálisis, perdió su trabajo y le dieron la incapacidad. «¿Quién iba a contratarme, si soy albañil?», dice. El trasplante se complicó y va en silla de ruedas. Pide el 150% de invalidez (no se la dan), pues su mujer tiene que cuidarle y con su paga de 673 euros viven cuatro en casa.

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