Tras escuchar el timbre, M.G.A: de 36 años y vecino de Utrera(Sevilla), abrió la puerta de su domicilio y se encontró lo que estaba esperando: unos repartidores de una empresa de mensajería que le traían unas alfombras desde la lejana capital afgana de Kabul.

Se identificó con su DNI, firmó un recibí, y en ese momento le dio un vuelco el corazón. Los repartidores se identificaron como agentes de la Guardia Civil y procedieron a su detención.

Escondidos en las alfombras había ocho kilos de heroína. Venían ocultos con un sistema desconocido hasta ahora por los cuerpos policiales, en unos estrechos tubos que asemejan hilos que forman parte del tejido de las alfombras.

Al delito contra la salud pública por la heroína, la Guardia Civil le achaca otro de usurpación del estado civil, por usar un DNI falso.

Fueron los servicios de seguridad belgas los que avisaron al Servicio de Vigilancia Aduanera español de que un avión procedente de Afganistán con escala en Bruselas llevaba un cargamento de alfombras cargadas de heroíona que debían ser entregadas en España por un servicio de Mensajería.

Tras obtener el permiso judicial la Guardia Civil organizó la operación para detener a al destinatario de la droga.