Miembros de Arran (juventudes del independentismo catalán) y militantes y simpatizantes de VOX, junto a Sociedad Civil Catalana, han coincidido este sábado en el barrio de Bonavista, en la zona de Ponent de Tarragona.

VOX había convocado allí un acto, en las inmediaciones de la brasería Cabrera, y un nutrido grupo de personas de la izquierda independentista y antifascista se han acercado para tratar de impedir que la reunión se llevara a cabo.

Ambos grupos han pitado, abucheado y propinado insultos, pero los momentos más tensos se han vivido cuando un miembro del partido de ultraderecha ha intentado que un cámara de televisión dejara de grabar y ha lanzado un par de patadas a un estanco del barrio, cuando éste ha decidido bajar las persianas ante el temor de que la situación terminará en destrozos.

Además, se ha producido otro enfrentamiento con dos personas que han gritado consignas como "pim pam pum que no quede ninguno" a los simpatizantes ultraderechistas.

Por otra parte, uno de los manifestantes antifascistas de la concentración contraria a las Jornadas Formativas de VOX ha intentado impedir a varios cámaras que grabaran uno de los momentos de tensión vividos entre los dos grupos arremetiendo contra los medios que presenciaban la escena.

El individuo ha intentado varias veces tirar las cámaras al suelo para evitar que estas grabasen las caras de un grupo de personas que increpaban a un vecino del barrio de Bonavista. Este, que se dirigía al estanco, donde posteriormente se ha refugiado, ha provocado a los antifascistas con comentarios, y ha iniciado uno de los incidentes entre partidarios y detractores del encuentro del partido ultraderechista.

Agentes de los Mossos y de la Guardia Urbana han tenido que intervenir para separar a los colectivos y evitar que los insultos de una parte derivaran en enfrentamientos físicos.

"Esto es como un estado de sitio y exención. Defenderemos la libertad contra los totalitarios que pretenden acabar con nosotros", sentenció la presidenta provincial de VOX en Tarragona, Isabel Lázaro, quien añadió que las jornadas no son una provocación.