Los profes, hartos de violencia en clase

«Esto sólo comenzará a solucionarse cuando maten a algún profesor».
Esta frase salió ayer de la boca de algunos de los docentes que se concentraron frente a la Delegación de Educación de Málaga. Exigen que la Junta ponga en marcha cuanto antes un plan de choque para reducir la violencia física y verbal que hay en las aulas.

El último caso que ha trascendido es el del puñetazo que un alumno del instituto Vicente Espinel habría pegado a una profesora del centro, si bien la violencia en las aulas es «un problema estructural, a pesar de que la administración andaluza trata cada incidente como un episodio aislado», aseguró a 20 minutos el presidente de la junta de personal docente de Málaga, Félix Martín. «La Junta dice que la escuela es reflejo de una sociedad violenta, pero ¿hace todo lo que debería para paliar esta situación?».

Soluciones

Que los padres tomen conciencia: Más apoyo a la labor del profesor y más interés por el aprendizaje de los alumnos, según la junta de personal docente.

Dividir la clase según el nivel del alumnado: Para así adaptar las enseñanzas a cada estudiante.

Lina García. 39 años.

«Doy clases en secundaria. Creo que hay más violencia en los centros de la capital que en los de los pueblos, aunque las agresiones cada vez hay menos diferencias. Al hacer las leyes, se debe escuchar a los profesores».

Carlos Benítez. 47 años.

«La violencia aumentó desde que la enseñanza obligatoria llega hasta los 16 años. Tras hacer unas oposiciones, los profesores tenemos ahora que vigilar los recreos. Apenas podemos ocuparnos de los alumnos que sí valen».

Francisca Quintana. 46 años.

«Los alumnos son violentos porque la familia no los educa. Los profesores les enseñamos las asignaturas, pero no estamos aquí para educarlos.

Al expulsar a un alumno, llegamos a temer que los padres nos agredan por ello».

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