"Nos quedan ocho vecinos con los que prácticamente tenemos acuerdo y en cuanto se acaben las negociaciones el edificio se tiene que derribar porque tiene un problema estructural de seguridad", ha explicado en rueda de prensa.
En esta línea, ha insistido en que "cuando hay un problema de seguridad, los políticos dan un paso al lado y dejan trabajar a los técnicos", que determinarán a lo largo de esta semana "qué parte del edificio está en riesgo inminente por temas de seguridad".
Por último, ha asegurado que desde el Ayuntamiento de Palma ayudarán a los ciudadanos "en todo lo que se pueda, como se hace con cualquier ciudadano que acude al Consistorio con cualquier tipo de problema".
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