Los testamentos vitales, declaración escrita que cualquier adulto capaz puede hacer para decidir sobre la prolongación de su vida en caso de perder sus facultades, ya no se reclaman tanto por los cordobeses, a la vista del descenso de este tipo de expedientes en la provincia. En 2007 hubo un 20% menos de personas que firmaron este documento respecto a los dos años anteriores, donde se registraron 225 solicitudes. El año pasado se hicieron en Andalucía 4.077 testamentos vitales, de los que 180 fueron en Córdoba. Según la Delegación Provincial de Salud, este hecho se debe a que en 2005 y 2006 se disparó la demanda del servicio, con todas las personas y colectivos que estaban esperando a que fuera legal. Desde enero de este año, este testamento es válido para todas las comunidades autónomas, ya que en los pasados años sólo era aceptado en la propia región. Perfil del firmante En un 80% se hace para donar los órganos. Se asegura así que no se pueda cambiar la voluntad de la persona cuando ella no pueda decidir por sí misma. El resto de firmantes quieren decidir el tipo de actuación sanitaria que deben tomar los médicos cuando ya no estén en plenas facultades mentales. Los testimonios Este tipo de documentos los firman personas que quieren obrar por ellas mismas en su futuro.

«Vienen personas que han pasado por malas experiencias y que están concienciados y lo que pretenden es facilitar la labor a los médicos en la toma de decisiones», comentan desde la Delegación de Salud.

La voluntad anticipada

Para hacer el testamento vital el requisito necesario es tener más de 18 años. Se debe acudir a cualquier Delegación Provincial de Salud y rellenar un cuestionario en donde se indican las diferentes opciones que la persona desea con sus plenas facultades mentales.

El cuestionario se puede descargar por Internet a través de la web de la Consejería de Salud. Además, hay un servicio telefónico, Salud Responde (902505060), que asesora también a las personas.