Que los cines de barrio están pasando a ser historia es algo que se conoce desde hace tiempo, sobre todo, por la crisis del negocio cinematográfico. Pero lo que no es tan habitual es que los propios multicines estén echando la persiana. Es lo que acaba de ocurrir con los cines Ábaco del centro comercial Rambla, de Cartagena.

Según Javier Curto, portavoz de la empresa Ábaco, el cierre se debe a la dura competencia de los multicines Mandarache y Espacio Mediterráneo y a la mala situación de la empresa (en suspensión de pagos), aunque «hubiera cerrado igual, porque daba pérdidas».

Pero fuentes del negocio de las salas de cine van más allá. Los multicines de los noventa (como el Ábaco) tienen las horas contadas. «Se confiaba en el concepto de minisalas, pero ahora no pueden competir con las grandes salas de graderío y las mejoras de imagen y sonido de los multicines de última generación», explican estas fuentes; además, hay salas similares a las Ábaco en peligro de cierre.

En las principales ciudades de la Región (Murcia, Cartagena, Lorca y Molina) sólo sobrevive el Rex (Murcia), como cine de barrio. Murcia tiene una ratio de salas de una por 6.820 habitantes; Cartagena, una por 7.972; Lorca, una por 12.800 y Molina, una por 2.968.

2006, un año aciago para los cines

El año 2006 fue pésimo para los cines de barrio de la Región. En Cartagena fue cuando el legendario Alfonso XIII echó el telón para siempre. En Murcia, tres salas de los cines Centrofama también cerraron, así como otro de los más veteranos, el Floridablanca. La llegada de los centros comerciales, llenos de restaurantes y bares y con una gran disponibilidad de plazas de aparcamiento fueron los verdugos de estos negocios. Incluso los cines de verano, tanto en Murcia como en Cartagena, están sufriendo las consecuencias.

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