Los solicitantes de las ayudas deberán acreditar una formación o experiencia laboral en materia de fruticultura. Se subvencionarán las plantaciones regulares de frutales, cualquiera que sea la especie frutal, salvo vid y trufa, siempre que tenga una dimensión mínima de 0,5 hectáreas por explotación y especie.
En el marco del programa se apoyarán todas aquellas acciones que formen parte de un plan de plantación, como los estudios previos, la preparación del terreno, abonos, estructuras de soporte o riego.
Álava cuenta con una amplia superficie cultivable y es el territorio con mayor superficie agraria de Euskadi. La mayor parte de estos terrenos está destinada a cultivos extensivos de secano anuales, principalmente cereales (trigo, cebada y avena), viña y cultivos extensivos de regadíos como la remolacha y la patata.
A diferencia de lo que ocurre en otras zonas colindantes, los cultivos permanentes no son frecuentes en Álava, a excepción de la viña, pese a lo cual se trata de un territorio propicio para el desarrollo de ciertos cultivos frutales.
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