La concejala de Movilidad y Transporte, Pilar Arana, ha señalado que "son tres las razones principales por las cuales los peatones no pueden circular por este túnel: primero, porque pese a la presencia de cámaras, podría convertirse en un punto de negro; segundo, porque la velocidad permitida para la circulación de bicicleta es de 20km/hora; y tercero, porque si a la velocidad le sumamos la estrechez del túnel, haría muy complicada la coexistencia entre peatones y ciclistas".
El bidegorri fue reabierto el pasado jueves, tras permanecer 13 meses cerrado por las obras de estabilización de la ladera que acogerá a finales de año el primer ascensor inclinado de la capital guipuzcoana, que mejorará la accesibilidad entre Morlans y Aiete.
Inaugurado en 2009, este tramo de bidegorri tiene una longitud de casi dos kilómetros, de los cuales alrededor de 900 metros transcurren a través de dos túneles iluminados. Conecta el barrio donostiarra de Morlans con Bera Bera, Lugaritz, Errotaburu y Lorea.
Se trata de una infraestructura creada a raíz de la construcción de la variante ferroviaria de EuskoTren y la estación de Lugaritz, aprovechando la existencia de la antigua vía del tren, que se adecuó para realizar la conexión directa en bicicleta entre los citados barrios. En la actualidad, San Sebastián cuenta con una red de bidegorris que ronda los 75 kilómetros, por los que se realizan más de 20.000 desplazamientos diarios.
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