Seis miembros de una misma familia fueron asesinados a tiros durante la madrugada de este martes en Río de Janeiro. La familia, que contaba con tres hombres, dos mujeres y un adolescente de 17 años, se encontraba en una vivienda en Mangaratiba, un balneario en el litoral sur del estado brasileño.

La polícia se desplazó hasta una residencia en el barrio Parque Bela Vista tras ser alertados por los vecinos que dijeron haber escuchado numerosos disparos. Allí encontraron los cuerpos de la familia, uno de ellos, ubicado sobre una carretera regional, fue tiroteado cuando intentaba huir por el tejado de la vivienda, el resto de cuerpos fueron hallados dentro de la vivienda.

Según las primeras investigaciones, los asesinos fueron a la vivienda con la intención de asesinar a uno de los miembros de la familia que tenía deudas con una banda de narcotraficantes, pero finalmente tirotearon a todos. Solo se salvaron un bebé de siete meses que salió ileso y un adolescente de 15 años que no se encontraba en la vivienda.

El objetivo de los asesinos era Bruno Souza dos Santos, de 18 años que acababa de salir de la cárcel y contaba con antecedentes criminales.

Desde los pasados Juegos Olímpicos 2016, en Río de Janeiro se ha producido un aumento de la violencia que ha causado 6.731 muertes. En febrero Michael Temer, presidente de Brasil, tuvo que decretar una inédita intervención militar en el área de seguridad en Río de Janeiro.

Desde el pasado 16 de febrero, cuando Temer firmó el decreto de intervención, el Ejército ha participado en diferentes operativos, sin entrar en enfrentamientos directos con las bandas de narcotraficantes que controlan las favelas de Río de Janeiro y otras ciudades del estado.

Sin embargo, la presencia de las Fuerzas Armadas no ha conseguido reducir la violencia. Según datos de la plataforma "Fuego Cruzado", cada seis horas una persona es herida de bala en lo que va de año y más de 60 policías han perdido la vida de forma violenta.