Los moteros vizcaínos hallan 350 peligros en carreteras secundarias

Son baches, grietas... que ponen en peligro su vida. Piden a la Diputación que los arregle. En 2007, 24 murieron en Euskadi.
Son pequeñas cosas: baches, pintadas, grietas... pero a cierta velocidad, y sobre dos ruedas, te la juegas. El colectivo Motozerrak, que representa a los 14.000 motoristas vizcaínos, presentó ayer un informe donde se recogen 350 peligros en las carreteras secundarias del territorio.

Porque para un un motero, carretera secundaria es sueño y pesadilla. Sueño porque es ahí «donde hacemos la mayoría de las excursiones los fines de semana», explica Josu González, portavoz de Motozerrak. Y pesadilla porque en estas vías secundarias legendarias ocurrieron el 80% de las muertes de motoristas registradas en el Estado el pasado año.

En 2007, murieron 24 conductores de moto en Euskadi, ocho más que en el año 2006, cuando se quedaron en 16 víctimas mortales.

Motozerrak entregó el pasado noviembre a la Diputación el informe con las 350 incidencias. Son baches, grietas, tapas de alcantarilla hundidas, parcheados mal acabados, pinturas deslizantes... «En apariencia son insignificantes», reconoce González, pero provocan caídas, y el cuerpo es el chasis. El portavoz cuenta que su propósito no es criticar a la Administración, sino mejorar lo que hay.

Los moteros hace tiempo que se convencieron de la utilidad de llevar casco. Ahora están enfrascados en mejorar la seguridad de las infraestructuras.

Los socios de Motozerrak se han tirado meses rastreando los 1.200 kilómetros de carretera secundaria en Vizcaya, deteniéndose en cada desperfecto, fotografiándolo y haciendo un informe del mismo.

El estudio les ha ocupado 500 folios, y eso que no se han detenido en los famosos puntos negros (lugares con alta siniestralidad) «porque éstos ya están reconocidos por las administraciones», explica Josu González. Born to be wild, dice la canción; pero, eso sí, siempre sobre buenas carreteras.

«Mejor de lo que esperábamos»

Los socios de Motozerrak están satisfechos porque, según su portavoz, la Diputación ha dado buena acogida a su estudio y, encima, los resultados del mismo son mejores de lo que esperaban. El departamento de Obras Públicas ha creado una comisión conjunta con los moteros de este colectivo para arreglar las deficiencias detectadas. Además, su otro caballo de batalla, los quitamiedos, está en vías de solución. La institución foral prevé sustituir este año los guardarraíles que no se adapten a la normativa de seguridad.

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