La calidad del agua de los castigados ríos vascos mejora, pero no lo suficiente. Pese a que entre el año 2000 y el 2002 se produjo una importante limpieza de las aguas fluviales de Euskadi, pasando de tener un 16% a un 55% de aguas sin contaminación, a partir del año 2003 la limpieza se estancó.

Según el último informe del Consejo Económico y Social vasco (CES) sobre el estado medioambiental del País Vasco, del año 2006, el 57% de las aguas de los ríos de nuestra comunidad están contaminadas, y, entre ellas, el 32% están muy contaminadas.

Esta situación se recrudece de manera significativa en los estuarios de los ríos (donde desembocan), en los que la contaminación alcanza al 97% de las aguas.

«Es una situación preocupante; hemos vuelto a los niveles de contaminación de hace algunos años, lo que demuestra que las mejoras no han servido para nada», señala Carlos Alonso, miembro del colectivo ecologista Ekologistak Martxan.

Para esta asociación, las inversiones realizadas en saneamiento y depuración de aguas son «totalmente insuficientes» para lograr una verdadera recuperación natural de los ríos y cauces. «Los ríos vascos de la cornisa cantábrica, por ejemplo, siguen siendo canales de desagüe al mar, o simples cloacas de aguas contaminadas», insiste Alonso.

Parte de las causas de que los ríos no mejoren pese a los intentos por limpiarlos son los vertidos de residuos que de vez en cuando se producen en ellos. Sin ir más lejos, la semana pasada técnicos municipales del Ayuntamiento de Bilbao encontraron un vertido en la ría, a la altura del puente de La Ribera. Los mismos técnicos ya han realizado los trabajos necesarios para subsanar cuanto antes la situación.

Otras de las zonas que corren más peligro en Euskadi son la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, la cuenca alta del Nervión (con áreas tan industrializadas como Llodio, Amurrio, Orduña...), las cuencas del Artibai, el Oria y el Deba. «Y ninguna de ellas cuenta todavía con una estación de depuración», denuncian en Ekologistak Martxan.