Este acto, organizado por el Centro Internacional de Formación de Autoridades y Líderes (Cifal) y el Ayuntamiento de Málaga, contará también con la presencia de la vicepresidenta de la comisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, Beatriz Becerra, y el alcalde de Málaga Francisco de la Torre y se retransmitirá en directo.

Nadia Murad es Premio Sájarov 2016 y Embajadora de Buena Voluntad de Naciones Unidas para la dignidad de los supervivientes de trata de personas. Ella misma fue una superviviente yazidí del cautiverio del Estado Islámico en Irak. Escapó de la esclavitud sexual y se han convertido en portavoz de las mujeres afectadas por la campaña de violencia sexual del grupo terrorista, así como de la perseguida minoría yazidí.

Nadia es de Kocho, un pueblo situado en la provincia iraquí de Sinjar, donde en agosto de 2014, el Estado Islámico masacró a todos los varones de la aldea y capturó y esclavizó a todas las mujeres y niños. Las mujeres jóvenes de Kocho, incluidas Aji Bashar, Murad y sus hermanas, fueron secuestradas, vendidas en varias ocasiones y utilizadas como esclavas sexuales.

En noviembre de 2014 Murad logró escapar y llegar a un campo de refugiados del norte de Irak, y desde ahí viajar a Alemania. Un año después, en diciembre de 2015, Murad intervino en la primera sesión de la historia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dedicada al tráfico de personas, donde pronunció un vibrante discurso sobre su experiencia.

En septiembre de 2016 Murad se convirtió en la primera persona superviviente de tráfico de personas en ser nombrada embajadora de buena voluntad de la ONU por la dignidad de los supervivientes del tráfico de personas, según han informado desde Cifal a través de un comunicado.

PROYECTO SAF

El proyecto surge a iniciativa personal de Nadia para la reconstrucción de su provincia, Sinjar. La iniciativa nace porque nadie hasta la fecha se estaba preocupando en ofrecer el apoyo necesario para la reconstrucción de la provincia. La situación en Sinjar es grave. Los yazidíes se enfrentan a la muerte a causa de las minas y a la destrucción sistemática de las infraestructuras debido al despiadado genocidio.

En la actualidad hay más de 300.000 yazidíes desplazados en la región del Kurdistán de Irak, en su mayoría viviendo en campamentos que cubren únicamente las necesidades humanas más básicas. Sólo 70.000 han regresado. A menos que los yazidíes puedan regresar a su antigua patria y ganarse la vida, el programa de genocidio de ISIS habrá sido todo un éxito.

La reconstrucción de Sinjar significaría un logro significativo, con repercusiones positivas más allá de la propia región. El objetivo del ISIS consistente en borrar a los yazidíes de la historia debe de fracasar. "Debemos establecer mecanismos que no sólo enjuicien el genocidio, sino que socaven su eficacia como táctica. Debemos a las generaciones futuras establecer ejemplos exitosos de reconstrucción, unidad y justicia", han apuntado.

El programa SAF se focaliza en la cooperación y la ayuda humanitaria, con dos categorías de contribuciones: la coalición de compromisos de los Estados Miembros y el Fondo personal de Nadia.