La inminente reapertura del mercado de Sant Antoni de Barcelona pone en alerta a los vecinos

El mercado será un nuevo atractivo en un barrio que ya se ha empezado a poner de moda.
El mercado será un nuevo atractivo en un barrio que ya se ha empezado a poner de moda.
MARINA LOPERENA
El mercado será un nuevo atractivo en un barrio que ya se ha empezado a poner de moda.

A menos de un mes de la reapertura del histórico mercado de Sant Antoni el 23 de mayo tras una reforma de ocho años, los vecinos han expresado este jueves su temor a que este se convierta en lo que han denominado una "Boqueria II", un punto de atracción turística que comporte aglomeraciones y la expulsión de los barceloneses que viven en el barrio por el encarecimiento de los alquileres de los pisos.

"¡No nos echarán!", ha exclamado Xavier Caballé, de la asociación Fem Sant Antoni, durante la presentación de la red de ciudades del Sur de Europa contra la Turistización (SET), que agrupa entidades de 14 territorios, entre ellos el de la capital catalana, que han hecho frente común contra la presión del turismo.  "El mercado tiene que ser un espacio para el barrio y no un elemento más del escaparate en el que se ha convertido Barcelona", ha apuntado Caballé. Además, aunque no se ha mostrado contrario a la rehabilitación de Sant Antoni, ha señalado que esta convertirá sus alrededores en "un caramelo" para la especulación inmobiliaria, por lo que ha exigido al Ayuntamiento que "blinde el entorno".

En este sentido, el Consistorio prepara el nuevo plan de usos del barrio de Sant Antoni, que solo se ha aprobado inicialmente, y que deberá frenar los posibles efectos colaterales de la transformación del mercado. Para ello, está previsto poner límite a la apertura de restaurantes, bares, tiendas de alimentos con degustación, autoservicios, locales musicales y negocios turísticos. Si el plan funcionará o no, sin embargo, será una incógnita hasta que se ponga en marcha y hasta que el edificio histórico del mercado vuelva a cobrar vida.

Quedan ya solo unas semanas para que abra sus puertas y poco mas se sabe acerca de su  futuro que lo que dio a conocer el Ayuntamiento cuando a finales de enero presentó la última fase de la reforma. Solo han trascendido en los últimos días algunas informaciones nuevas, como que los vendedores abandonarán el 19 de mayo la carpa provisional que les ha dado cobijo durante los ocho años que han durado las obras, para tenerlo todo listo de cara a la inauguración el día 23.

Otra noticia reciente, dada desde el Consistorio, es que el mercado será el primero de Barcelona que albergue un gimnasio, pues ningún otro negocio se presentó al concurso para ocupar la zona en la que se instalará este equipamiento deportivo, en el subsuelo.

Y un apunte fresco más: todo indica que los puestos de la parte conocida como Els Encants, sobre todo de ropa, conservarán su horario habitual y abrirán solo los lunes, miércoles, viernes y sábados. Así lo votaron la semana pasada sus 111 operadores, lo que motivó la dimisión de la junta directiva, partidaria de más días de apertura. En cuanto al sector alimentario, seguirá funcionando de lunes a sábado.

El mercado, cuya reforma ha costado más de 60 millones de euros, tendrá 235 puestos –52 de comida, 105 de los Encants y 78 de libros antiguos– distribuidos en cinco niveles en una superficie total de 53.388 m2. Contará también con un supermercado y unas 400 plazas de aparcamiento y se podrán visitar los restos arqueológicos que se encontraron al rehabilitarlo.

Ciudades del sur de Europa contra la presión turística

La red de ciudades del sur de Europa contra la presión turística, que se ha presentado este jueves, agrupa a entidades de Barcelona, Venecia, Valencia, Sevilla, Pamplona, Palma, Lisboa, Málaga, Malta, Madrid, Girona, Canarias, San Sebastián y el Camp de Tarragona.

En su manifiesto fundacional han pedido límites a la industria turística, políticas fiscales diferenciadas para vivienda y alojamiento turístico y políticas de fomento de la economía justa.

Las 36 entidades de Barcelona que están en la red, entre ellas la PAH, la Assemblea de Barris per un Turisme Sostenible o el Sindicat de Llogaters, no descartan acciones contra Airbnb. 

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