Sin adjudicar desde diciembre el plan de la Xunta para toneladas de plástico agrícola que acaban en quemas y vertidos

  • SANTIAGO DE COMPOSTELA, 21 (EUROPA PRESS)
Plásticos agrícolas
Plásticos agrícolas
REMITIDA
Plásticos agrícolas

El plan de la Xunta para la recogida y el tratamiento de las miles de toneladas de plástico agrícola que genera al año Galicia tiene sin sacar a concurso desde diciembre del año pasado el servicio de gestión, que incluye su transporte y valorización.

En concreto, el último contrato del servicio tenía vigencia hasta noviembre de 2017 y empresas de reciclaje del sector consultadas por Europa Press no saben nada sobre si habrá una nueva licitación.

Por su parte, la Consellería de Medio Ambiente apunta que está "analizando las posibilidades" toda vez que la licitación en años anteriores se hacía "en parte" con fondos Feder, pero ahora no se puede seguir gestionando con ellos, según han explicado fuentes del departamento de Beatriz Mato consultadas por Europa Press.

El Gobierno gallego reconoce un problema medioambiental por "la práctica habitual del vertido o de la incineración de forma incontrolada", según recoge la web del sistema de recogida de residuos de la comunidad, a la que se accede a través de la página de la consellería.

CASI 8.00O TONELADAS

De acuerdo con los datos que maneja la Xunta desde hace años, el campo gallego genera unas 7.700 toneladas anuales de plásticos agrícolas, de las que 4.800 son de silo, 900 de invernadero y 2.000 de bolsas para silo.

Aún sin tener la magnitud que presenta en el sur de la Península, debido a la expansión en esa zona de los invernaderos, el problema de los plásticos agrícolas ha sido objeto de atención por parte de los ejecutivos gallegos desde hace años.

En 2004, el por entonces conselleiro de Medio Ambiente de Fraga, Xosé Manuel Barreiro, anunció un plan dotado con 1 millón de euros que incluía la previsión de construir una planta de tratamiento en Guntín (Lugo), pero este proyecto no salió adelante y en 2005 fueron las elecciones autonómicas tras las que se conformó el bipartito de PSOE y BNG.

En la época Feijóo se han invertido al menos más de 1,5 millones de euros en este ámbito, según informó la consellería en 2014, cuando anunciaba un contrato por 205.000 euros con la empresa pública Seaga como encargada. Por entonces, Medio Ambiente aseguraba que este plan se había puesto en funcionamiento, precisamente, en 2004.

El balance del que dispone la Xunta es el siguiente: en 2017 se recogieron 1.559 toneladas bajo el paraguas del plan y eran 86 los ayuntamientos adheridos; el año en que se obtuvo un dato más bajo fue en 2005, 799 toneladas; y el ejercicio en que más fue 2010, 4.028.

CHINA Y LAS RECICLADORAS

Catorce años después, la problemática se ve alterada por una variante geopolítica: China, que hasta ahora absorbía grandes cantidades de plástico procedente de Europa, prohibió en enero de 2018 las importaciones de basura del extranjero para mejorar su medio ambiente.

Al respecto, el Gobierno de Mariano Rajoy aseguró que confía en que las recicladoras españolas puedan asumir parte de la gestión de los residuos que se generan en España y que ya no se pueden exportar al país asiático.

En Galicia, una de estas compañías es Tyrma (Tecnología y Reciclaje de Materiales) y se ubica en los terrenos de la antigua mina de cobre de Touro (A Coruña), desde hace meses objeto de atención por parte de colectivos medioambientalistas y partidos de la oposición por el proyecto que presentaron dos empresas para relanzar esta explotación.

El gerente de Tyrma, Javier Díaz Tejeiro, explica, en declaraciones a Europa Press, que en sus instalaciones en Touro se reciclan unas 14.000 toneladas de plástico al año, la mayor parte de ellas (sobre 11.000) procedentes de bolsas de uso doméstico.

Si bien comenzó el proyecto en 2006 dedicado al 100% al plástico agrícola, ahora potencia el reciclado de plástico que en la jerga del sector se denomina flexible: 'films' de bolsas y envases del estilo, que ya representan casi el 80% en Touro y son el 100% en otras dos fábricas de las que Tejeiro es socio en Teruel y en Francia.

Estos plásticos son más rentables (cuesta menos reciclarlos al favorecer la utilización de procesos automáticos) y los que impulsarán un incremento de plantilla próximamente en Tyrma (actualmente son 40 trabajadores y se sumarán tres o cuatro más). Con todo, su gerente asegura que sigue recogiendo plásticos agrícolas, sobre todo de los ayuntamientos del entorno, por un sentimiento de "compromiso" con ellos.

MERCADEO EXTRAOFICIAL

En la última encomienda que le hizo la Xunta, un año hasta noviembre de 2017, por unos 20.000 euros, Díaz Tejeiro estima que su planta se ocupó de unas 1.000 toneladas de plástico agrícola, a las que suma otras 1.000 de industrias, pero de otro tipo (conservera, etcétera).

"¿Dónde están las otras toneladas?", se pregunta, interpelado al respecto. Para empezar, el gerente de Tyrma rebaja la cifra de plásticos agrícolas que produce la comunidad a unas 4.000 o 5.000, y agrega que, además de haber otras empresas en el mercado oficial, existe un mercadeo extraoficial, debido al valor de algunos de estos residuos, los más limpios y en mejor estado.

En paralelo, son numerosos los consistorios de Galicia que cuentan con puntos de acopio, donde agricultores y ganaderos depositan sus plásticos para que después la empresa adjudicataria del plan los recoja.

DEL RESIDUO AL SISTEMA DE RIEGO ANDALUZ

En las plantas de reciclaje como la de Tyrma (dentro del centro de valorización ambiental de Touro-O Pino, en el que se integran también una empresa de áridos, una de compostaje y otra de ensayos y análisis técnicos), los residuos plásticos se lavan y secan para obtener granza, las partículas de entre 15 y 25 milímetros resultantes de un proceso mecánico.

La granza plástica se comercializa para utilizarla como materia prima en la fabricación de nuevos productos, como bolsas de basura y tubos de polietileno, en buena medida dirigidos al riego por goteo en el sur peninsular.

"Será el negocio del futuro, porque del presente...", ironiza Javier Díaz Tejeiro, si bien admite una situación económica "estable". La clave, a su juicio, está en la concienciación, ya que, a diferencia de lo que ocurre con el papel, donde sí hay "mentalización", en el plástico todavía persiste "la barrera del olor", puesto que el material reciclado desprende un aroma característico.

Junto a los usuarios, los fabricantes, agrega, también deben poner de su parte si la sociedad aspira a disminuir la producción de plásticos, puesto que a día de hoy muchos envases no son reciclables.

Tyrma acude a las subastas que periódicamente organiza Ecoembes, que es la entidad de la que se nutre de plásticos utilizados para reciclarlos. Si una tonelada de granza virgen cuesta unos 1.200 euros, la reciclada la venda por la mitad.

De ahí que las bolsas de basura que se encuentran en los supermercados sean más baratas si emplean material reciclado, según llama la atención, "pero la gente sigue sin comprarlas", opina, por esa "barrera" que impone el olor.

Por todo ello, insiste en que la labor que tienen las administraciones, desde su punto de vista, más allá de la subvención, a la que él presta poca atención, es la de "informar y concienciar" a la sociedad, con la vista puesta en cumplir los requisitos que la Unión Europea se fija para 2030.

MÁS ACCIÓN PARA FRENAR LA CONTAMINACIÓN POR PLÁSTICOS

En este escenario, coincidiendo con la celebración del día de la tierra, este domingo, la asociación Amigos da Terra solicita más acción para frenar la contaminación por plásticos.

Solo se recicla un 30% del plástico de usar y tirar, según los datos de este colectivo, mientras el 70% restante acaba en vertaderos, incineradoras y abandonados en el entorno.

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