En estas fechas, donde prima la buena mesa, los dulces se llevan el primer puesto. Turrones, mazapanes, polvorones y mucho más, comparten espacio con infinidad de bombones pero aquí, en Álava, los dulces tradicionales se llevan la palma.

Los confiteros alaveses han sabido hacerse merecedores de numerosos galardones gracias a sus chocolates artesanales. Los más singulares son los vasquitos y nesquitas, las trufas, los turrones, el Goxua, la tarta Gasteiz y las yemas y mazapanes, todos ellos productos cuya fórmula se elabora desde hace más de un siglo.

Gran parte de estas suculentas confituras se deben al buen hacer de la familia Goya, creadora de los 'vasquitos' y 'nesquitas'. Desde 1930, la receta de los turrones ha pasado de generación en generación manteniendo siempre su característico sabor intacto. "Estas fórmulas están casi en los genes de los vitorianos", subraya Ramón Lapieza, gerente de la conocida pastelería.

Más de 20 turrones artesanos

El turrón vasco, hecho de chocolate; el clásico, de yema tostada; el de trufa a la naranja y almendra con frutas de naranja confitada; o el más original, de castaña, son una muestra de algunos de los más de 20 turrones artesanos que Goya pone a disposición de los alaveses.

Otros que siempre triunfan son los 'vasquitos' y 'nesquitas'. Estos bombones rellenos de frutas confitadas y frutos secos envueltos con una delicada capa de cacao son los más vendidos de la repostería alavesa en cualquier época del año, pero especialmente durante las navidades "para el consumo propio y el regalo."

Las ventas, por el momento, ya han aumentado un 5% con respecto al año pasado. Quizá el secreto de su éxito lo explique Lapieza: "son recetas que se mantienen a través de los tiempos"

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