Un estudio revela un impacto poblacional y económico negativo en los ribereños desde que funciona el Tajo-Segura

  • El estudio de los impactos socioeconómicos del trasvase Tajo-Segura sobre los municipios ribereños de los embalses de Entrepeñas y Buendía desvela que después de 38 años desde que se iniciaran las derivaciones, el impacto poblacional se traduce en la creciente pérdida de habitantes y en la disminución de negocios vinculados con el turismo al menos en un 30 por ciento.
Estudio Tajo-Segura
Estudio Tajo-Segura
ASOCIACIÓN DE RIBEREÑOS
Estudio Tajo-Segura

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Nuria Hernández, Beatriz Larranz y Enrique San Martín, y que se complementa con un informe hidrológico de Miguel Ángel Sánchez sobre los propios embalses, desvela también que estos pueblos han perdido más del doble de la población de su entorno y hoy tienen un 21% menos de habitantes frente a la pérdida del 9% de media en la zona rural de Cuenca y Guadalajara.

El presidente de la Asociación de Ribereños y alcalde de Sacedón, Francisco Pérez Torrecilla, ha hablado de una pérdida de renta en la zona del 20% y de unos 15.000 habitantes menos, algo que también se ha reflejado en los negocios, la construcción, y el turismo, entre otros sectores.

Un estudio que ha analizado los impactos del trasvases y de su gestión sobre el desarrollo socioeconómico, y que compara la realidad de estos municipios cercanos a los embalses de Entrepeñas y Buendía con las localidades que rodean por el embalse de San Juan en Madrid, con unos resultados claramente diferenciados que se traducen en que mientras en el primer caso la población y la economía ha decrecido, en el segundo ha crecido.

Según el presidente de los Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía, si bien cuando se construyeron los embalses se vivía del turismo y esta zona era conocida como el Mar de Castilla por su crecimiento urbanístico, presencia de instalaciones deportivas, puertos deportivos, turismo y asentamiento de población, hoy esta comarca se ha convertido en el "desierto de Castilla".

Según Torrecilla, la media de llenado desde las derivaciones pasó del 66% al 29%, una disminución del 37%. En el caso concreto de Sacedón, para este municipio ha supuesto pasar de tener el agua a los pies del conocido como Paseo Marítimo a tenerla a varios kilómetros de distancia, lo que a juicio del también alcalde de la localidad ha incidido "tremendamente" en la pérdida de atractivo.

Según Torrecilla, en toda la comarca se han perdido oportunidades de desarrollo y de seguir así las perspectivas son el "declive" poblacional. En este sentido, según el estudio, en la comarca se ha pasado de los 25.000 a los 10.000 habitantes frente al crecimiento poblacional en las poblaciones situadas en la inmediaciones del embalse de San Juan, donde se ha pasado de los 5.000 a los 11.000 habitantes.

SITUACIÓN HÍDRICA REVERSIBLE

Por lo que respecta al estudio hidrológico, recoge que la situación es reversible y que es posible realizar una gestión que favorezca el desarrollo y la zona, lo que además podría suponer un crecimiento poblacional hasta llegar a los 50.000 habitantes, aunque para ello, según Torrecilla, sería necesario que hubiese voluntad política para garantizar las necesidades prioritarias.

En todo caso, este estudio, encargado por la propia Asociación de Municipios, aporta en opinión del presidente de los Ribereños algo de esperanza en caso de que se instale el "sentido común entre los que nos gobiernan y realizan la gestión de los embalses" para gestionar de otra manera y de forma sostenible.

En su intervención, Nutria Hernández ha resaltado cómo, a su juicio, de acuerdo a lo que ella ha tratado en el estudio, nunca ha sido una prioridad de la administración el garantizar el desarrollo socioeconómico de estas poblaciones.

En este sentido ha recordado que la Ley de 1980 reconoce que los usos de la cuenca del Tajo son prioritarios y eso quiere decir que los usos recreativos en la zona deberían primar frente al trasvase, que sólo se tendría que realizar una vez que estos fueran respetados, algo que a su juicio no ha ocurrido. "El estudio hidrológico pone en evidencia que otro mundo es posible", ha dicho.

Larranz ha puesto el acento en el descenso poblacional en comarca de los Ribereños, municipios en los que, según ha dicho, apenas hay hoy 6,3 habitantes por kilómetros cuadrado, situándose en una de las zonas más despobladas del país, con pocos niños y muchas personas mayores, más del

30% de sus habitantes. Por este motivo, el escaso relevo generacional hace plantearse un cambio de políticas, ha señalado.

Para San Martín, encargado del análisis económico de dicho estudio, el trasvase supone un impacto negativo a nivel social y medioambiental.

El sector industrial se sitúa entre un 15 y un 30% debajo de los valores de la Guadalajara y la Cuenca rurales (pueblos con menos de 5.000 habitantes), tras incidir en como la construcción de viviendas también se sitúa 10 puntos por debajo la media rural de la provincia.

Otro dato ofrecido es el de las plazas de turismo, que se han reducido en un 50% desde 2010, algo que guarda relación con la evolución de los trasvases, y la renta se sitúa por debajo de la media de los municipios rurales de Cuenca y Guadalajara. "Estamos ante una zona atrasada económicamente por debajo de todas las medidas de su entorno de referencia de Guadalajara", y también de toda la región a nivel rural.

Para este investigador la solución pasa claramente por realizar gestiones sostenibles de los embalses y no insostenibles.

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