¿Somos los españoles tan rumbosos a la hora de dejar propinas como aseguró hace unos días el ministro de Economía, Pedro Solbes? Las últimas estadísticas oficiales al respecto, correspondientes al año 2004, indican que en nuestro país se dejaron 3.500 millones de euros en propinas, lo que representaba el 0,7% de un Producto Interior Bruto (PIB) calculado en 222.634 millones de euros.

Estas cifras revelan que en aquella época no íbamos mal de generosidad. Eso sí, el Instituto Nacional de Estadística (INE) asignaba la mitad de todos aquellos millones a las propinas dejadas a cargo de las empresas. En los tres años transcurridos desde entonces, la riqueza española ha crecido un 18,5%, situándose el PIB en 264.003 millones de eurosen el tercer trimestre del año 2007.

Si aplicamos una regla de proporcionalidad con los datos de 2004, tenemos que este año los españoles podríamos expresar nuestra generosidad desembolsando otro 0,7% de la riqueza nacional; es decir, 4.147 millones de euros. Y si se mantiene la proporción, la mitad de esta cuantiosa propina (2.073 millones) correspondería a las familias, por lo que cada una de ellas (hay 11 millones en España) deja en dádivas 188 € anuales, es decir 31.280 millones de las antiguas pesetas.

El euríbor y las hipotecas influyen 

Aunque estos cálculos son hipotéticos, ya que no tienen en cuenta meses y meses de subida del euríbor y de las hipotecas desde 2004, la pérdida de poder adquisitivo de las familias o el progresivo encarecimiento de los alimentos. Probablemente, estos factores habrán disuadido a más de uno de dejar las propinas de un euro por un par de cafés de las que hablaba el vicepresidente Solbes.

Además, según el presidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería de Galicia, Juan Silva, en sus 35 años de carrera en el sector, nunca ha visto que "alguien deje un euro por dos cafés".

"Las damos sin pensar"

El portavoz de la asociación de consumidores Facua, Rubén Sánchez, aseguró a 20 minutos que "es cierto que cuando damos propinas, lo hacemos sin pensar" en cuánto estamos gastando. Según Sánchez, la teoría del ministro Pedro Solbes es cierta: "No le damos a la moneda el valor real que tiene".

A la hora de comprar, "los consumidores piensan que las cosas son más baratas de lo que realmente son, porque si trasladaran los precios a pesetas se darían la vuelta y saldrían de la tienda", afirma Sánchez.

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