La concejala de Juventud, María Santana, la concejala de Educación, Cynthia García y la coordinadora del proyecto FIME, Katia Machuca, han presentado la iniciativa, que comienza el próximo 5 de marzo, y que busca complementar a los centros educativos del municipio, acompañando a aquellos alumnos que, debido a su conducta, deber ser expulsados.

Santana ha explicado su preocupación ante el aumento de alumnos expulsados de los institutos del municipio y ha señalado que "creemos que como institución debemos ofrecer una alternativa a estos jóvenes que, una vez expulsados, la única opción que tienen actualmente es quedarse en casa, sin ninguna otra posibilidad por parte del sistema".

El proyecto FIME pone a disposición de estos jóvenes a un equipo de profesionales, psicólogos y orientadores, que los guía y asesora en su desarrollo personal y formativo, trabajando principalmente para mejorar su autoestima e inteligencia emocional. El fin es que entiendan la necesidad de mejorar su conducta, su rendimiento académico y prevenir dificultades y nuevos conflictos en el futuro.

Desde el Área de Educación, la concejala Cynthia García, comentó que, para el actual equipo de Gobierno es una prioridad garantizar que la vida escolar se desarrolle sin ningún tipo de incidencia, por ello, en los últimos meses "también hemos puesto en marcha diferentes talleres de formación de mediadores y otra serie de medidas tanto para estudiantes de primaria como de secundaria".

De igual modo, ha señalado que, en esta ocasión, "nos centramos en los alumnos expulsados y respondemos así a una demanda que venían realizando desde hace tiempo los centros educativos, que insisten en que la expulsión, como castigo, no es una solución, y en que son necesarias medidas como la que hoy presentamos para complementar el trabajo de orientadores y profesores".

Por su parte, la coordinadora del proyecto, Katia Machuca, ha agradecido al Ayuntamiento la confianza depositada en el proyecto y ha destacado que "hay muchos estudiantes a los que les faltan herramientas para poder empezar a diseñar su futuro".

"En ocasiones, una mala conducta no es más que el reflejo de la falta de autoestima y la frustración por lo que, trabajando con ellos, es posible volver a motivarlos e integrarlos de nuevo en el ámbito formativo", ha afirmado.

Por último, ha señalado que el trabajo con cada uno de los alumnos "es distinto, ya que cada uno vive situaciones diferentes y problemáticas muy específicas, por ello la comunicación con las familias y con los centros educativos es fundamental para poder resolver estos conflictos y prevenir problemas mayores en el futuro".