Sevilla, desde la barra de un bar

Foto del archivo de Joaquín Arbide: en 1950 ya trabajaban en Sevilla mil personas en la construcción de aviones.
Foto del archivo de Joaquín Arbide: en 1950 ya trabajaban en Sevilla mil personas en la construcción de aviones.
Foto del archivo de Joaquín Arbide: en 1950 ya trabajaban en Sevilla mil personas en la construcción de aviones.

El libro La Sevilla que perdimos recoge 40 años de recuerdos del camarero Juan Morales.

El Gran Britz, la cadena de cafeterías Catunambú, el Bar Brillante, la Venta de Antequera, La Dorada... Desde todos estos establecimientos y algunos más vivió Juan Morales los cambios de Sevilla. Más de 40 años dedicados a la hostelería llenos de anécdotas que su amigo periodista Joaquín Arbide ha recopilado en el libro La Sevilla que perdimos (Rd Editores).

A lo largo de más de 200 fotos inéditas procedentes de los archivos de ambos, los dos recuerdan aquellos años en que Sevilla estaba llena de teatros, cafés de tertulia y personajes populares como el vendedor de marisco o el limpiador de zapatos. Joaquín explica que «el libro es un homenaje a todos esos grandes edificios que ya no están y a las gentes que había dentro». «En los 60 había mucho movimiento de gente por la noche. La Campana se llenaba al salir la gente de los teatros –dice Juan–. Yo conocí la Sevilla del arte y el espectáculo desde el Gran Britz, en Tetuán». Morales recuerda cómo en su juventud los camareros iban de esmoquin y un «menú turístico» con postre y bebida costaba 60 pesetas. En sus mesas Juan ha servido a toreros, artistas y políticos (Arenas, Chaves) y hasta al padre del Rey. Pero quien más le impactó fue Julio Iglesias, en La Dorada de Nervión: «’¡Tú eres el que manda aquí!’, me decía Julio».

Mostrar comentarios

Códigos Descuento