Lentitud en los trámites, excesiva burocracia y falta de interés en atender a los ciudadanos. Éstas son las quejas que vierten los malagueños sobre las administraciones, según el balance presentado ayer por la Oficina del Defensor del Ciudadano hasta noviembre de este año.

Es más, existe una actitud de derrotismo porque desconfían de los procesos de reclamación. «Aún falta mucho camino por andar para que la administración sea útil, ágil y eficaz», sostiene el Defensor, Francisco Gutiérrez.

Aun así, el mal estado de las carreteras, su falta de señalización y la carencia de suministros (luz y agua) en los barrios diseminados centran el mayor número de reclamaciones. Estas denuncias relacionadas con infraestructuras suponen un 20,5% de las 535 que recibió en este periodo la citada oficina.

Las quejas por asuntos sociales (8%) se ciñen principalmente a que no se cumplen los plazos de evaluación para la concesión de ayudas contempladas en la Ley de Dependencia y ,también, a la insuficiencia de residencias para personas mayores.

Además, existen denuncias en materia laboral (10%) o por asuntos relacionados con la educación.

En segundo lugar se encuentran las que tienen que ver con el sector inmobiliario (14,9%), que se deben principalmente a los casos de acoso (asustaviejas), la falta de VPO o la lentitud de las instituciones en la concesión de licencias de obras para construir o reformar inmuebles particulares.

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El ruido se asoma a la estadística

En el último año se ha registrado un aumento de las denuncias por exceso de ruido. El Defensor recordó ayer que Málaga es una de las pocas ciudades que no cuenta con una ordenanza municipal sobre esta materia (el Ayuntamiento está creando un mapa de ruidos). La Diputación creó la Oficina del Defensor del Ciudadano en 2003 (defensor@malaga.es / 900 115 900).

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