Los trabajos incluirán una profunda remodelación del edificio viejo, que fue inaugurado en 1945 y cuya fachada no se puede tocar debido a su interés arquitectónico.

 

Los planes de la Universidad, que deberán plasmar ahora los arquitectos en un proyecto viable, contemplan renovar suelos y paredes, instalación eléctrica, tuberías y mobiliario, de forma que se aprovechen espacios que están en desuso, según explicó el decano de la facultad, Miguel Ángel Ruiz.

 

El proyecto contempla también el derribo del edificio de Filología. En su lugar se levantará un bloque nuevo con espacios más funcionales, que evitarán los problemas de temperaturas que tiene el edificio actual. El proyecto cuenta con el apoyo del departamento de Ciencia, Tecnología y Universidad, lo que asegura el visto bueno definitivo de la DGA (sin el cual no puede iniciarse ninguna obra).

 

Por otro lado, el proyecto de reforma de las fachadas del edificio Torres Quevedo (donde aparecen continuas grietas), en el campus del Actur, está casi finalizado, según confirmó el adjunto al rector para infraestructuras, Mariano Blasco.