«Son jóvenes que se encierran en su cuarto con el ordenador y la consola y prescinden de todo lo demás», asegura José Vicente Marín, director terapéutico de la Asociación Aragonesa de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Azajer).

La asociación ha tratado este año a siete menores, la mayoría de 16 y 17 años. De ellos, tres eran adictos a Internet, dos al móvil y otros dos a los casinos virtuales. El problema está muy extendido, pero sólo una minoría pide ayuda profesional.

Los jóvenes adictos a las nuevas tecnologías suelen ser, según los expertos, adolescentes que tienen problemas de comunicación, sin habilidades sociales y en muchos casos con problemas familiares.

Depende de la edad

Los tipos de adicción dependen de la edad. Así, entre los 13 y 15 años, cuando empieza a detectarse el problema, consolas y videojuegos son lo que más enganchan a los jóvenes, mientras que a partir de los 16 les sustituyen Internet y, sobre todo entre las chicas, los móviles.

La falta de información y el escaso dominio que tienen los padres sobre las nuevas tecnologías agrava el problema, según los psicólogos. Especialmente en esta época, ya que se calcula que siete de cada diez regalos que se compran son tecnológicos.

Los juegos violentos y con contenidos homófobos o sexistas están al alcance de niños de todas las edades. «Los establecimientos no informan correctamente de las características de los videojuegos y los padres compran casi a ciegas», asegura José Vicente Marín.

Incomunicación y fracaso escolar

Malas notas y problemas para relacionarse son las principales consecuencias de la adicción a Internet y videojuegos.

Para combatir esta dependencia se sigue un tratamiento psicológico personalizado, similar a la terapia contra las drogas, que combina sesiones individuales con trabajos en grupo y en familia. Los psicólogos recomiendan, para evitar esta adicción, poner el ordenador y la consola en el salón, para que los padres puedan controlar a sus hijos.