Milagros Otero reivindica su "imparcialidad" y niega ser "la Valedora del PP": "El pueblo gallego sabe que no es verdad"

  • Acercará la institución al rural con más visitas y "no" echa en falta más competencias porque sus recomendaciones "ya tienen mucha fuerza"
La valedora do Pobo, Milagros Otero
La valedora do Pobo, Milagros Otero
VALEDOR DO POBO
La valedora do Pobo, Milagros Otero

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 8 (EUROPA PRESS)

"No soy monedita de oro para gustarles a todos". La valedora do Pobo, Milagros Otero, hace un balance positivo del trabajo hecho al frente de la institución y es consciente de que, por el carácter de su cargo, puede "chocar puntualmente" con las administraciones. Por eso, no aspira a la aprobación "de todo el mundo", pero sí reivindica su actuación "imparcial" frente a quienes lo ponen en duda.

En una entrevista concedida a Europa Press, Otero ha rechazado que le pongan "carteles" y las críticas de quienes la han llegado a tildar de "valedora del PP". "Yo creo que el pueblo gallego sabe que eso no es verdad. Es con mis obras con las que tengo que demostrar mi trabajo y me remito a las pruebas, a los informes, a las actuaciones", ha aseverado.

A su juicio, a veces para realizar la "defensa política" sobre una cuestión se adoptan determinadas actitudes, pero ella ni es de "polemizar en la prensa" ni cae en "descalificaciones". "Confía" en la percepción de los gallegos, "un pueblo inteligente", y se ve no solo activa, "sino imparcial, que es muy importante".

Por ello, no quiere "ni siquiera entrar a discutir" sobre "ser o no la Valedora del PP". "Cuando una persona me lo dijo una vez en el Parlamento, simplemente le contesté 'míreme a los ojos'. Levanté la vista, le miré a los ojos y le dije: 'usted sabe que eso que me está diciendo no es verdad'", ha señalado, antes de subrayar su "imparcialidad".

"Cuando dos personas piden lo mismo, no puedes darle la razón a las dos, y la parte a la que no se la das suele quedar descontenta. Pero una cosa es que quede descontenta y otra, que diga que no se ha escuchado su caso o que no se le ha atendido con imparcialidad", reflexiona esta catedrática de Filosofía del Derecho quien asume el "desgaste" que, "inevitablemente", conlleva el cargo.

MÁS VISITAS AL RURAL Y TRANSPARENCIA

Tras más de dos años al frente del Valedor, ha constatado que los problemas "evolucionan" porque "la sociedad también cambia". Por ejemplo, recuerda cuando tomó posesión el peso que tenían las quejas por las preferentes, mientras que ahora, con especial intensidad después de la ola de mediados de octubre, están en el foco los incendios.

"No cambian tanto los ámbitos porque todos tenemos que acudir en algún momento de la vida a servicios sanitarios o de educación", ha apuntado, antes de constatar que el Valedor registra "más quejas". Pero, a su modo de ver, esto "no es negativo" porque "sería muy grave que la sociedad no se quejase".

En este sentido, ha hecho hincapié en los avances relativos a mejorar el conocimiento de la institución. Para profundizar en ello, aspira a "aumentar las visitas y el contacto con el rural, que posiblemente lo necesite mucho más que las zonas urbanas". También incrementará la presencia de la institución "en conferencias, charlas, y todo lo que permita abrir vías de conocimiento".

Otero también ha incidido en que fue "muy importante" que la institución "esté físicamente abierta por las mañanas y por las tardes excepto en las tardes del mes de agosto". Y destaca la asunción de nuevas responsabilidades en el Valedor, ahora comisionado de la transparencia en la comunidad, un "encargo" que no ha ido acompañado de "refuerzo económico" alguno.

Por falta de transparencia en la administración, el Valedor ha recibido más de un centenar de reclamaciones, de las que se han resuelto unas 80. El derecho se ha "concedido" en "un 64 por ciento" de los casos. Y en cuanto el perfil del reclamante es variado, pero lo que "le llama la atención" es que hay ciudadanos "muy activos" que "a lo mejor han planteado una treintena de las quejas".

EMIGRANTES DE VENEZUELA

Aunque para ella "ningún problema es pequeño", ha reconocido que hay cuestiones en las que pone especialmente el foco. Como ejemplo, alude a la accesibilidad, a la "multidiscriminación" o a problemas que puedan afectar a niños, ancianos y colectivos "especialmente desfavorecidos".

A la valedora le "preocupa" el problema demográfico, pero también le parece "de una injusticia tremenda" la situación de los emigrantes de Venezuela que no cobran pensiones. Y ha dado pasos. "Es un problema que depende del Defensor del Pueblo estatal, pero yo le he interesado este asunto", ha esgrimido.

"También escribí al Defensor del Pueblo de Venezuela y al presidente de las Defensorías latinoamericanas. El segundo me contestó diciendo que se interesaría de inmediato. El venezolano no me contestó. En todo caso, este cargo acaba de cambiar y hemos vuelto a interesar el caso", ha relatado, antes de concretar que también se puso en contacto con Emigración y Política Social para paliar las dificultades del colectivo.

"SUPERADO" EL CONFLICTO CON RAXOI

En general, la valedora afirma que tiene "una relación muy fluida con la Administración". "Cuando detecto un problema concreto, hablo con el responsable. Acabo de pedir a Pesca un informe, que me dijeron que estaba a punto de entrar, por el tema de la sardina", ha ejemplificado, antes de señalar que también dialoga habitualmente con departamentos como Sanidade o Política Social.

Eso sí, ha aclarado que su papel no es "juzgar", sino "tender puentes". Y preguntada acerca de si debería tener más competencias para obligar a que se cumplan sus recomendaciones, ha asegurado que "no las echa en falta". Ha añadido que las recomendaciones "ya tienen mucha fuerza, más de lo que parece". "La mayor o menor autoridad depende, en gran medida, de lo que nos ganemos trabajando", ha apostillado.

Reacia a "poner notas" a las administraciones, dice que se lleva "bien" con todas, aunque hay choques "puntuales" y "problemas que se pueden enquistar". Sobre la polémica con el Ayuntamiento de Santiago ante las quejas por la actitud de personas sin hogar, da el asunto por "superado". De hecho, ha defendido que Raxoi, en este momento, "colabora con plena normalidad y total eficacia" con el Valedor.

INCENDIOS, 'BOTELLÓN' Y LENGUA

La valedora también tiene entre sus preocupaciones los incendios. De hecho, habló con la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, tras una visita a la "zona cero" de Carballeda de Avia. A su juicio, la clave reside en buscar un sistema para garantizar la limpieza de las fincas, un asunto sobre "el que llegan quejas cada semana".

El acoso escolar y la discriminación de la mujer son otras de las cuestiones que le preocupan, aunque afirma no haber vivido la última en primera persona. "Pero sí creo que las mujeres lo siguen teniendo más difícil", admite Otero, para quien el 'botellón' es "un problema muy importante".

"El tema del botellón, no diría que es una obsesión, pero sí una preocupación muy importante. Me mata ver que los jóvenes no se dan cuenta del daño que se hacen al emborracharse", ha subrayado, convencida de que la educación es clave y que los padres deben implicarse.

"Abre los ojos, y el primer día que llegue borracho, díselo", ha aconsejado, convencida de que las leyes "tienen que hacer mucho y se ha hecho bastante". "Pero no pueden suplir todo absolutamente, hay una parte de responsabilidad personal, familiar y social. No hay que echarle la carga de todo al Estado", ha apostillado.

Finalmente, ha rechazado los "carteles" que se le ponen en relación al idioma, y ha defendido que "nunca" ha acometido "ninguna actuación de oficio" que supusiese "un ataque a la lengua gallega". Lejos de ello, esgrime, por ejemplo, que ha actuado en defensa del respeto a los topónimos y que ha trabajado para conseguir que los ciudadanos puedan acceder a la información en gallego en los registros civiles.

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