Hace unos años, el Ayuntamiento cedió a la congregación religiosa Hermanos de la Cruz Blanca un pabellón del antiguo Hospital Militar de Lepanto para que instalara su residencia de disminuidos psíquicos. Nadie pensó en la gran familia que iban a crear.

Abrieron las puertas a tanta gente que su hogar quedó pequeño. Ayer se inauguró la ampliación de esta residencia, a la que se ha dotado de más espacios para mejorar la calidad de vida de esta familia.