Los castores españoles están más vivos que nunca. Después de darlos por extinguidos hace tres siglos, estos roedores han vuelto a la cuenca del Ebro, según escribe Rafael Méndez en El País.

Sin embargo, esta vuelta del hijo pródigo no se trata de un milagro, sino que se debe a la intervención directa de la mano del hombre. Los castores españoles son en realidad castores alemanes reintroducidos ilegalmente por un grupo de ecologista.

Para evitar que este hecho sirva de precedente, las comunidades autónomas de La Rioja y Navarra han acordado con Gobierno y Comisión Europea exterminar todos los ejemplares, pese a que en el pasado los castores si vivieron en esos ríos.

"No podemos tolerar este precedente"

Miguel Urbiola, director de Medio Natural de La Rioja, se ha mostrado tajante: "No podemos tolerar este precedente. Si no erradicamos esta colonia cualquier ecologista podrá soltar los animales que quiera. No podemos mirar para otro lado y el resto de comunidades está de acuerdo", afirma al diario.

Al parecer, en marzo de 2003, un grupo ecologista liberó 18 ejemplares criados en cautividad en Baviera (Alemania) en el cauce del Aragón. Hizo lo mismo en Galicia, pero los castores no sobrevivieron.