Los nietos son una alegría para muchas familias, pero para algunas abuelas, también una carga. De hecho, al 40% de las mujeres que se ocupan de esta tarea les parece «cansada» y el 18% reconoce sin tapujos que están hartas.

Así lo dice un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid, cuyos datos se pueden aplicar, según expertos de la Universidad de A Coruña (UDC), a la sociedad herculina.

Según este informe, la tarea estrella que ocupa el tiempo libre de las abuelas coruñesas es la de llevarlos y traerlos del colegio o guardería, aunque es en casa donde las mujeres les dedican más tiempo.

«Sobre todo las abuelas más mayores aseguran que ellas son las que tienen que lavarlos y darles el desayuno, la comida y la cena, mientras que les encargan a los hombres la misión de llevarlos a dar un paseo o al parque», explica Gerardo Hernández, sociólogo de la Universidad de A Coruña.

Abuelos-canguro

Las abuelas coruñesas dedican, cuentan los expertos, una media de cuatro o cinco horas diarias al cuidado de sus nietos, aunque en algunos casos, esa dedicación se extiende a casi toda la jornada.

«Tienen que renunciar a su propio ocio, se levantan más temprano de lo que podrían hacer y han pasado de ser abuelos de apoyo a abuelos-canguro», aseguran desde la UDC.

La economía también es un factor determinante, ya que, aunque nueve de cada diez hijos agradece y reconoce la labor de sus madres o suegras para cuidar de sus pequeños, sólo el 9% de las familias contrata a una asistenta para ayudarla.

Más «explotados» en ciudad

¿Hay diferencias entre los abuelos de pueblo y de ciudad? Según los expertos, sí. En las urbes la presión que ejerce la hipoteca de pisos cada vez más caros «es suficiente para que los padres estén obligados a no parar de trabajar», lo que, según Hernández, influye en que se acuda cada vez más a los abuelos.

Y esa labor se traduce también en problemas para la salud en muchos casos. «Se dan casos de estrés, agobio, ansiedad o incluso depresión, porque cuando deberían disfrutar de su tiempo, siguen trabajando», dicen desde la UDC.

Una abuela encantada de serlo

Socorro Bermúdez de Castro. Tiene dos nietos.

«Para mí no es ninguna carga»

Ni agobios ni malos ratos ni presiones... Para Socorro Bermúdez de Castro, profesora de Sociales en la Compañía de María, el cuidado de sus nietos no es ningún problema.

De hecho, según cuenta, es lo mejor que le ha pasado en su vida. «Yo trabajo por las mañanas, pero siempre lo llevo a dar un paseo, al parque... Me encanta», asegura.

El pequeño se llama Sebastián y tiene una hermanita todavía más pequeña, María, de apenas diez meses. «Su madre trabaja y me quedo con ellos muchas veces», afirma Socorro.

Es una abuela joven, llena de energía para cuidar al pequeño Sebas. «Recomiendo a todos los abuelos que aprovechen todo el tiempo que puedan para disfrutar de sus nietos. Es algo muy bonito y nos lo pasamos muy bien juntos», reitera con una sonrisa.

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