La línea habitual de respetuosa distancia por parte de los medios respecto a los miembros de la Corona se ha roto por la parte más débil de la cuerda, la de un hidalgo soriano que contrajo matrimonio con la hija mayor de los Reyes.
Ya no se critica la forma de vestir de Jaime de Marichalar, ahora se cuestiona su permanencia como delegado en las empresas de moda donde trabaja. Se omite que es un gran experto innato en moda.
Según ha publicado la revista Tiempo, el duque de Lugo inició la mayoría de sus negocios tras casarse con la infanta Elena y percibe unos ingresos anuales de 1.155.000 euros por su trabajo en siete multinacionales, entre las que figuran el banco suizo Credit Suisse, Loewe o Cementos Portland.
Pero no sólo se cuestionan sus ingresos. Ayer mismo, en el programa Está pasando de Telecinco, Jaime Peñafiel insinuó, sin llegar a nombrar a la pareja, que la separación podría deberse a una tercera persona: un portugués vinculado al mundo de la hípica. El tiempo lo dirá.
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