Ha llenado 17 veces el ahora llamado WiZink Center, tiene una legión de seguidores capaz de llenar un estadio de sombreros como el suyo, y José Antonio Figuereo, artísticamente El Barrio, estrena trabajo: Las costuras del alma, a la venta el próximo 27 de octubre y el punto de partida de una gira que arrancará en Sevilla el 12 y 13 de enero, parará en Madrid el 19 y 20 del mismo mes y terminará en Barcelona el 10 de marzo.

¿Cuántas costuras tienes usted en el alma?

Mi corazón no suele tener costuras. Es más una cuestión de temas imaginarios, que tal y como se me vienen a la mente me voy metiendo en la piel de un viejo sastre.

¿Qué hace ese sastre?

Coser el alma para que no esté tan 'costurada' al mundo.

Dice usted que no, pero cuesta creer que no tenga costuras en el corazón...

La pérdida de un ser querido te hace costurarte el alma, o la pérdida del primer amor, pero hay que saber coger un dedal y un hilo a tiempo y coserse las heridas.

¿Ha cogido muchas veces dedal e hilo?

Sí, claro, la vida te pone siempre en el camino alguna herida abierta.

¿Cuál ha sido la más grande profesionalmente?

Todo ha ido tal y como yo he ido queriendo que fuera. Los inicios sí que fueron especialmente duros.

¿Se portaron mal con usted?

No es que se portaran mal, es que los comienzos siempre son duros, sobre todo si no sales de un sitio donde ya te han promocionado por encima de todo. Si naces de la nada, es muy difícil hacerte un camino solo.

¿Le parece que después de esos inicios siguió siendo dura la crítica?

Prefiero quedarme con mi público fiel y lo que digan los críticos para ellos se queda. Ya está. Yo sé lo que puedo dar y lo que doy en el escenario.

¿Yqué da?

Unas veces más y otras, menos. Los artistas somos un poco actores. Tenemos que salir a cantar y que nadie sepa si hemos pasado un dolor de muelas. La gente ha pagado y quiere verte al 100% y no al 60%. Tienes que salir con la mejor de tus sonrisas. Lo demás me da igual, yo he aprendido a vivir sin el apoyo de la crítica, aunque me gustaría que escribieran de mí.

¿Lo entiende?

No lo entiendo, hay mucha gente que me ha hecho críticas después de ver en un concierto solo dos temas. Y se han ido y con eso no creo que puedas hacer una crítica, pero si quieren escribir eso que lo escriban. Yo hago mi trabajo. Me quedo con lo que me dice un amigo: tantos tontos no hay, y cuando vamos tantos a verte será por algo. Yo estoy orgulloso, perdona por ser egocéntrico, porque todo lo que hago me ha tocado el alma, y si me toca el alma es que me ha salido bien lo que he escrito.

¿Le bloquea algo?

Me bloquea mucho, lo que más, no saberme las letras, subirme al escenario y tener que decirme: ahora a ver qué hago, que no me acuerdo de este tema.

¿Tiene miedo escénico?

Sí, y ha aumentado el miedo escénico. Tengo hasta pesadillas. Sueño que salgo al escenario y hay mucha gente y les digo: oye que os voy a contar una cosa, que yo no me acuerdo de las letras pero os canto por bulerías o un tango, y la gente bien, vale.

¿Le ha pasado alguna vez?

Sí, me ha pasado, me he quedado en blanco en blanco. Entonces pongo a la gente el micro para que canten y a la primera letra que me dicen y que me recuerda el tema ya hace que siga. También llevo dos pantallitas que me van pasando algunas letrillas porque son muchos discos los que llevo ya.

¿Se ha caído muchas veces?

Sí, muy pocas ha sido llano el camino, he pisado muchas veces fango, pero pisar tantas veces fango ha hecho que cuando he andado por terreno llano no me han hecho falta zapatillas y he podido ir descalzo.

¿Puede caminar descalzo?

Sí, puedo caminar totalmente descalzo y con la cabeza bien alta.