Un estudio realizado por un grupo de investigadores del proyecto Regicor-Hermes ha detectado que desde 1990 hasta el 2003 prácticamente se ha doblado el número de mujeres gerundenses, de entre 35 y 74 años, que han sufrido un infarto.

La principal causa de este aumento es, según los investigadores, el tabaco. Ya que “la fuerte entrada” de las mujeres jóvenes en el tabaquismo hace 20 años se está dejando sentir ahora.

No obstante el índice de mortalidad se ha reducido gracias a la mejora del servicio sanitario, el envejecimiento de la población y la mejora de los factores de riesgo, que hacen que las personas que sufren infartos los superen y tengan una esperanza de vida que ronda los 74 años.

Si del 1990 al 1995 sólo 50 de cada 100.000 mujeres gerundenses de entre 35 y 74 años sufría un infarto, en 2003 esta cifra ha aumentado hasta 90. En los hombres, en cambio, el índice de incidencia del infarto de miocardio se mantiene igual, de cada 100.000 hombres sufren un infarto 250.

Aumento de la esperanza de vida

El doctor Jaume Marrugat, que ha presentado el estudio, se ha mostrado preocupado porque, a pesar de que el índice de mortalidad se ha reducido en los últimos 50 años y Cataluña continúa siendo de las zonas donde menos muertos se registran a nivel mundial, el número de casos se mantiene constante.

Según Marrugat, esto se explica por el aumento de la esperanza de vida que provoca que los menores de 65 años sufran menos infartos pero que, en cambio, cada vez haya más personas mayores de 75 que los sufren.

No obstante, los investigadores se han felicitado en descubrir que, desde 1995 hasta el 2005 y de manera insólita, hay una caída de los niveles de colesterol LDL -conocido como el colesterol “malo”- y hay más control de la hipertensión.

El estudio también destaca que por cada mujer que tiene un infarto en la provincia, cuatro o cinco hombres sufren otro.

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