Andrea Corr: mona y sola

  • Debutó en solitario en un teatro madrileño.
  • la visita sorpresa de la noche: su hermana, Caroline.
Andrea Corr, en una foto de su página oficial.
Andrea Corr, en una foto de su página oficial.
Página oficial
Andrea Corr, en una foto de su página oficial.

El teatro Häagen-Daz de Madrid cerró anoche su ciclo Únicas, un festival consagrado a intérpretes femeninas, con el primer concierto en solitario de Andrea Corr.

Tras casi quince años al frente de los superventas The Corrs, la benjamina de la banda ha decidido emprender una aventura musical al margen de sus hermanos, pero bien arropada por la producción de Nelle Hooper, habitual en los trabajos de Björk o Madonna.

La elección de España para presentar su nuevo trabajo, Ten feet high, quizá no fuera casual: el disco no ha despertado excesivo estusiasmo en el resto de países europeos, pero se situó entre los primeros puestos de las listas españolas nada más salir al mercado. A las 9.50, Corr saltaba al escenario provocando el aplauso cerrado de un público adulto que había pagado hasta 62 euros para ver a esta bella princesita, menuda y morena. A partir de ahí, no dejarían de piropearla

(¡guapa! ¡sexy! ¡I love you!). Las lisonjas provenían, sobre todo, del auditorio femenino.

La versión del tema de los Squezze, Take me I'm yours, que sin los arreglos del estudio -interpretado con guitarra, bajo y batería- pierde en misterio pero suena más desenfadado y chispeante, se convirtió en la declaración de intenciones de una artista que, a sus 33 años, baila, gesticula y juega con su vestido minifaldero como una adolescente.

Los violines y los ecos de la música tradicional irlandesa que solían acompañar las composiciones de su antigua formación dan paso ahora a un pop fresco, renovado. En ocasiones, con un punto de dramatismo rebelde que hace evocar a jóvenes cantantes como Avril Lavigne.

Sin embargo, en la segunda parte del show las raíces sí hicieron acto de presencia a través de una hermosa canción a capella "en la lengua natal de mi tierra", explicó la cantautora, "en gaélico".

Poco antes de que concluyera el concierto, se produjo uno de los momentos mágicos de la noche: Carolina Corr apareció por sorpresa sobre el escenario y se sentó al piano para tocar junto a su hermana los grandes éxitos de la banda que comparten: Runaway, When the Stars go blue o What can I do to make you.

Puestos en pie, los fans se despidieron de Andrea y de sus tres músicos antes de que el reloj marcara la medianoche y tras escuchar uno de los temas más pegadizos de su nueva etapa: Shame on you.

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