Tres personas mueren cada día en España en accidentes laborales. A ver cuándo montamos manifestaciones y actos de todo tipo contra esta situación, que causa muchas más muertes y es muchísimo más evitable que otras que están más de moda. Dejar de fumar.

Sí, claro, todos los días contemplamos los ingresos en prisión de empresarios cuyos empleados sufren accidentes de trabajo. Manué.

Soy prevencionista y puedo asegurar que muchas veces el empresario sí costea los equipos de prevención, porque la culpa en caso de accidente es del empresario y del prevencionista, aunque sea el obrero quien no hace caso. En situaciones como ésta lo mejor es despedir al obrero: te estás jugando la cárcel. Riesgo.

Yo tenía gran ilusión por aportar mi granito de arena para que disminuyeran los accidentes laborales. Pero los jefazos que tenemos son personas designadas por el dedo de su amigo a los que lo único que les importa es ascender y ganar dinero. Cuando me han llamado de una obra diciéndome que no tenían condiciones de trabajo seguras, el jefazo no ha hecho nada para evitar el accidente. Una pena, porque los funcionarios curritos de a pie sí estamos motivados para evitarlos. DGM.

Comer fuera de casa cuesta una media de 204 euros al mes. Esto pasa porque podemos vivir al estilo europeo sólo a medias: que pongan jornada continua de una vez. Tal y como vivimos hoy en día, la jornada partida es incompatible. Si te dan cuatro horas para ir a comer, pierdes dos en ir y volver, que podrías invertir en descanso, además del gasto en transporte porque en vez de dos viajes haces cuatro. Seamos coherentes.

Eso será a base de bocadillos de acetate. ¡Acetate, acetate!

Yo, prácticamente, nunca me puedo permitir el lujo de comer fuera, como casi todo el mundo. Si acaso un poco de comida basura, a menos de dos euros por la hamburguesa y la bebida. Buzzz.