En un comunicado, Cerdán ha asegurado que la situación de sequía que sufre la Comunitat "tiene mucho que ver con la nefasta gestión que está haciendo el PP, que se encuentra desaparecido en materia hídrica, una vez que sus campañas de mentiras de 'agua para todos' y sus ocurrentes manifestaciones ya no convencen a nadie".
El socialista ha lamentado la "compleja" situación que vive la cuenca del Júcar, cuyas medidas para la generación de mayores recursos y el control de la demanda para el periodo 2015-2021 están "paralizadas". "La inversión es cero", ha recriminado.
Además, ha incidido en que "el Gobierno de Rajoy recortó en un 60% el presupuesto para el Programa de Ordenación de Recursos Hídricos; un 12% en gestión hídrica; y un 11,5 en el Programa de Calidad del agua, consolidándose el mercado libre de agua sin normas claras, a través del decreto de sequía".
Esta línea de medidas, según él,
"a quien termina beneficiando es al poderoso frente al agricultor modesto, pequeño productor no apuntalado por ningún grupo empresarial".
Por todo ello, el diputado del PSPV ha defendido que es "necesario un cambio de la estructura agrícola hacia sistemas más eficientes de producción".
PROPUESTAS DEL PSPV ANTE LA SEQUÍA
David Cerdán ha remarcado que "la mejora en los sistemas de regadío y la revisión de los derechos de agua son herramientas básicas para el control de la demanda". Los socialistas proponen ante la sequía la aprobación de las normas de explotación del trasvase Júcar-Vinalopó, que "sigue bloqueado en el Ministerio".
También abogan por la utilización de las desalinizadoras para el consumo integral del sistema urbano-turístico- industrial; nueva normativa estatal para la utilización del conjunto de las aguas residuales y una nueva política de precios.
"NO PODEMOS ATACAR A LOS AGRICULTORES"
El diputado socialista ha criticado a "las voces que acusan al sector agrícola de la situación de la sequía". "No podemos atacar a los agricultores, mantienen los ámbitos rurales; dan de comer a media Europa; generan puestos de trabajo; niveles elevados de exportación; y una fuente de recursos del Estado a través de la riqueza".
Para Cerdán, "el problema no es la agricultura aunque sea un gran consumidor de agua, ni el sector del regadío, sino la política de impunidad impuesta por el Gobierno que no controla las roturaciones en suelo forestal, que no controla las extracciones de las aguas subterráneas en todos los territorios y que permite la conversión de secano a regadío sin aplicar la ley, siempre favoreciendo a las multinacionales".
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