La mayoría de los colegios públicos de infantil y primaria de Zaragoza celebrarán este año la Navidad con villancicos y belenes. El Hilarión Gimeno, tras la polémica del año pasado al suprimir el festival navideño, será una de las excepciones y no organizará ningún acto festivo.

A pesar de ser centros laicos, los consejos escolares han decidido mantener esta celebración de carácter religioso, aunque desde la «tolerancia y el respeto» hacia alumnos de diferentes creencias, según los directores.

Los profesores de religión son los encargados de organizar los belenes, con la colaboración de sus alumnos. Después, se exhiben en los colegios, que también se visten de fiesta con árboles e ilustraciones navideñas.

Los responsables de los colegios aseguran que las actividades son voluntarias. «Los niños no tienen por qué cantar villancicos en el festival. Pueden hacer otras cosas», explica la directora del Josefa Amar y Borbón.

Los colegios también organizan actividades que se adaptan a la diversidad de su alumnado. «Programamos la Navidad pensando en todos, más como tradición que como acto religioso», comentan en el Jerónimo Zurita.

«La celebración de la Navidad tiene que ser intercultural, no se puede poner una religión por encima de otra», señala Teresa Paniello, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres de Aragón (Fapar). La asociación reclama que todos los símbolos religiosos salgan de la escuela, aunque respetan el «componente tradicional» de las fiestas navideñas.

Fiesta para todos

Los actos navideños (festivales para padres o actividades exclusivamente para los alumnos) se organizan con el apoyo del consejo escolar y de las familias.

El carácter religioso pierde fuerza y los centros ven la Navidad como una fiesta tradicional. «¿Cómo no vamos a celebrarla, si organizamos hasta Halloween?», dicen en el Josefa Amar y Borbón.

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