Opuestos

La comida picante... Paulino Solana. Tiene 48 años. Es peruano, pero vive en la capital. Está soltero. Trabaja como cocinero en el restaurante mexicano El Chaparrito.

¿Le gusta el picante? Claro. A los latinos nos gusta mucho. Lo usamos desde pequeñitos. Estamos acostumbrados. Sin el picante, la comida nos parece sosa.

¿No elimina el sabor? Al contrario. Hay muchos tipos de picante y quien sabe de esto puede notar las diferencias. De hecho, en nuestros países se hacen catas de picante, como aquí con el vino. Hay diferencias entre un chile ancho, un guajillo, un jalapeño… Yo puedo distinguir entre 7 u 8 variedades de picante.

¿Le gusta a los madrileños? No mucho, pero hay quien se va acostumbrando. Esto requiere su tiempo, y nosotros les va-mos poniendo algo cada vez un poco más picante. El que no creo que coman es el habanero. Eso sólo los mexicanos.

La comida, que no pique... Manuel Gonzalo. Es catalán. Tiene 35 años y vive en Madrid. Está soltero y no tiene hijos. Es el cocinero del restaurante catalán Can Punyetes.

¿Le gusta el picante? No. Nosotros, por lo general, no lo utilizamos y no estamos acostumbrados. A mí no me gusta nada. Estoy en contra de utilizarlo.

¿Por qué? Si se utiliza demasiado hace daño a la salud. Además, termina tapando todos los demás gustos originales. Se puede poner algo de picante, pero no mucho.

¿La cocina catalana no usa el picante? Nuestra comida es muy simple y saludable. Se cocinan a la brasa verduras, butifarras, calçots... Luego pan con tomate... Nada demasiado elaborado. Nos gusta lo sencillo.

¿En Madrid gusta el picante? Aquí no les gusta mucho. En eso los madrileños son más bien como los catalanes. La comida es muy básica. Como viene, sin demasiadas especias, se cocina.

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