La organización del concierto asegura que las peticiones del artista «al contrario de lo que podría parecer, no son muy extrañas».
En concreto, Marilyn Manson ha pedido un camerino decorado de riguroso negro, al igual que todas las toallas. Y también, como hace prácticamente siempre, ha exigido dos botellas de oxígeno.
Al artista tampoco le gustan las cámaras de fotos y los puntos láser, así que en la entrada se extremarán las medidas de seguridad para evitar que los espectadores pretendan retratar el viernes, en el BEC de Barakaldo, a uno de los artistas más diabólicos.
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