Un Marilyn 'manso' sólo vomita espectáculo en su concierto en Madrid

  • El sonido y la iluminación, protagonistas en su directo.
  • Sus próximas paradas serán Barcelona y Bilbao.

Marilyn Manson inició en la noche del jueves su particular periplo español para presentar su nuevo trabajo, 'Eat me, drink me' que le llevará ahora hasta Barcelona (22/11) y Bilbao (23/11).

El concierto ofrecido por la 'estrella de lo oculto' es de los que se catalogan rápidamente como 'un espectáculo'. Tanto el sonido como los efectos de iluminación tuvieron mucha culpa de ello. Y es que ambos conforman más de la mitad de un evento de estas características, para lo que simplemente hace falta personal cualificado, un recinto apropiado y dinero, mucho parné para un equipo de nivel.

De todo ello sí dispone, claro está, el señor Manson en unos recitales en los que ya ha dejado de 'dar miedo'.

El artista, que aún cuenta con un buen número de seguidores que viven sus conciertos ataviados como él, ha perdido mucha credibilidad. Hasta el punto de ser en ocasiones ninguneado entre canción y canción.

De 'fenómeno cercano a Belcebú' ha pasado a ser más bien un actor con pocos recursos al que parece habérsele agotado ese derroche de imaginación al que tenía acostumbrados a todos.

El show, de hora y media escasa, promete antes de empezar: una sugerente melodía de piano y violines que proceden de detrás de un telón teñído de rojo debido a la luz de los focos hacen presagiar entonces un gran espectáculo. Y sin duda que lo hubo, pese a que éste se sustentó en gran parte entre watios y parafernalia.

No se llenó, ni mucho menos, el Palacio de los Deportes para ver en una noche de martes -todo sea dicho- un repertorio un tanto previsible.

Con un sonido siempre contundente apoyado en la guitarra de Tim Skold, el bajo de Rob Holliday, los teclados de Chris Vrenna y la batería de Ginger Fish, Manson abordó entonces If I was your vampire, de su nuevo álbum, para pasar directamente a Disposable Teens, mObscene...

Interpretó, como no, su archiconocida versión de Sweet Dreams -Eurythmics -, repasó temas como The Fight Song, Heart Shaped Glasses o Dope Show y acabó con otros como Reflecting God o Beautiful People.

Eso sí, además de la música, el sonido, las luces y el resto de proyecciones, el atrezzo, una muñeca andante a la que le arrancó la cabeza, el humo, el confeti o un ring de boxeo, también se llevó una ovación del público tras llamar a los presentes "hijos de puta"... lo dicho, un espectáculo.

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